Escribe: Jesús Salazar Nishi, presidente del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible
La entrada en operación del megapuerto de Chancay representa una oportunidad histórica para transformar nuestra estructura productiva. Sin embargo, esta infraestructura portuaria de clase mundial podría convertirse en otra oportunidad perdida si no implementamos urgentemente una política industrial activa que impulse la industrialización de nuestras regiones y de nuestros recursos naturales, dándoles mayor valor agregado y tecnología.
LEA TAMBIÉN: El Perú entre la realidad y la fantasía
La experiencia internacional es contundente: ningún país ha alcanzado el desarrollo sin una política industrial robusta. Corea del Sur, en los años 60, tenía un PBI per cápita que era un 40% del peruano, según el Banco Mundial (US$ 1,028 versus US$ 2,705, respectivamente); hoy exporta semiconductores, automóviles y productos electrónicos al mundo; a la vez que quintuplicó su PBI per cápita en el 2023 (US$ 34,121 versus US$ 6,456, respectivamente). Este milagro económico no fue producto del azar, sino de políticas industriales que identificaron sectores estratégicos y crearon las condiciones para su desarrollo.
Nuestro litoral, rico en recursos hidrobiológicos, podría impulsar una industria de pesca para consumo humano directo y acuícola. Nuestros bosques, los novenos más extensos del planeta, podrían sustentar una industria forestal sostenible. Nuestros minerales podrían ser la base de una industria metalúrgica avanzada.
LEA TAMBIÉN: El futuro del trabajo: IA, automatización y herramientas
El megapuerto de Chancay no puede convertirse en mera puerta de entrada para productos asiáticos al país. Necesitamos que los contenedores regresen cargados con productos peruanos de alto valor agregado. Para lograrlo, urge implementar políticas sectoriales que incluyan incentivos fiscales, facilidades para el financiamiento, desarrollo de infraestructura vial y productiva, zonas económicas especiales y formación de capital humano especializado.
Aprovechemos esta infraestructura como catalizador de un ambicioso hub productivo-logístico que integre, además del megapuerto, a los parques industriales de Chancay, el de Ancón, el renovado aeropuerto Jorge Chávez, los terminales portuarios ampliados del Callao, los parques industriales del Callao, del sur de Lima y la modernización del puerto de Pucusana. Esta red de infraestructura productiva y logística deberá expandirse en el futuro hacia el norte con Puerto Eten y hacia el sur con el proyectado puerto de Corío, conectándose además con los puertos fluviales de Loreto y Ucayali.
LEA TAMBIÉN: La inteligencia artificial y la Ley de Productividad y Competitividad Laboral
Es hora de dejar atrás la falsa dicotomía entre política industrial y economía de mercado. Lo alcanzado con las políticas sectoriales aplicadas a la minería y la agricultura de exportación en los años 90 así lo demuestran. Además, como muestra la experiencia internacional, la “mejor política industrial es la que si existe” y que está bien diseñada y tiene incentivos focalizados, condicionados y temporales.
El momento de actuar es ahora. El futuro de la industria sostenible del Perú no puede seguir esperando.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.