Una manera de abordar el problema es sentándose a negociar con cada acreedor por separado y sólo en la medida en que ya no se pueda patear más a ese acreedor y que éste haya tocado la puerta insistentemente. (Foto: iStock)
Una manera de abordar el problema es sentándose a negociar con cada acreedor por separado y sólo en la medida en que ya no se pueda patear más a ese acreedor y que éste haya tocado la puerta insistentemente. (Foto: iStock)

Esta crisis está obligando a muchas empresas a renegociar con sus acreedores. Es que las deudas ya no se pueden pagar de la manera como se había acordado inicialmente.

Y en la lista de acreedores entran varios: bancos, Sunat, AFPs, proveedores, trabajadores,….

Una manera de abordar el problema es sentándose a negociar con cada acreedor por separado y sólo en la medida en que ya no se pueda patear más a ese acreedor y que éste haya tocado la puerta insistentemente. A veces, el acreedor tiene mucho poder y se presenta amenazante. Otras veces, se aparece en buenos términos y con voluntad para llegar a un acuerdo. Es algo así como ir apagando cada incendio cuando surja y rogar para que no se incendie la pradera.

La otra manera de encarar el problema es negociando al mismo tiempo y de manera coordinada con todos los acreedores. De este forma, nos aseguramos que el arreglo al que se llegue con un acreedor no impida llegar a acuerdos con otros. A estas negociaciones organizadas, estructuradas e integrales se les denomina reestructuración.

Y es la reestructuración una ocasión que no se debe dejar pasar. Las oportunidades que se pueden aprovechar son valiosísimas. Algunas de las ventajas que se pueden esperar en una reestructuración son las siguientes:

· Ampliación de plazos: los acreedores quieren su dinero de vuelta. Si para ello deben esperar más tiempo, lo harán.

· Reducción de tasas de interés: ésta es la ganancia de quien prestó el dinero; ahora todos los acreedores están dispuestos a ganar menos.

· Mayor plazo de pago con proveedores: ellos quieren seguir trabajando con su empresa; no pueden dejar de hacer negocio.

· Condonación de deudas: siempre será posible conseguir reducciones en las deudas a cambio de pagos adelantados o prioritarios.

· Eficiencia en garantías: liberación gradual de garantías y máximo provecho vía fideicomiso de patrimonio.

· Nuevas líneas de crédito: el banco seguirá apoyando si quiere cobrar lo que se le debe.

Estas son algunas de las oportunidades que aparecen cuando se presenta a los acreedores un plan de reestructuración adecuadamente sustentado y que asegure la viabilidad de la empresa. No deje pasar la oportunidad!