Profesora de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico
La inversión pública durante el primer año de gobierno afronta dificultades como la disminución de la ejecución del Gobierno Nacional y el reto de una buena transición entre las gestiones entrantes y salientes de los Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales que permita la continuidad de los principales proyectos de inversión. Ello, requiere por un lado la disminución de la alta rotación de funcionarios en los distintos niveles jerárquicos del Gobierno Nacional para permitir la oportuna toma de decisiones, dar marcha a los compromisos entre instituciones, y continuar con los principales proyectos en los tiempos y costos previstos, procurando las condiciones adecuadas para la prestación de los servicios; así como un importante soporte que combine la meritocracia en materias técnicas especializadas como la inversión pública, así como el apoyo político para fortalecer los equipos y los proyectos. En el caso de los gobiernos subnacionales, el papel del ejecutivo debe ser proactivo, acompañando una buena transición.
En el discurso, se mencionan proyectos como Chavimochic tercera etapa, Majes Siguas II y hospitales que para los que se han suscrito contratos de Gobierno a Gobierno, ejemplos que justamente demuestran la importancia de la continuidad, el compromiso y el buen análisis técnico. Sin profundizar en ello, pese a las expectativas se podrá correr el riesgo de continuar escuchando esos mismos proyectos una y otra vez en todos los discursos presidenciales, sin ver resultados concretos, que más allá de potencial reinicio de obras o ejecuciones parciales, permitan hablar de servicios a punto de ser prestados a favor de la ciudadanía.
Un aspecto relevante es la ausencia de una mención clara para la principal cartera de proyectos del país, que se entiende está contenida en el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC), del cual el último reporte oficial de seguimiento publicado data de enero del 2022 con información de diciembre del 2021, a cargo del Equipo Especializado de Seguimiento que tiene la misión transitoria de hacerle seguimiento al PNIC. Parte del mínimo avance del PNIC (19% de ejecución financiera al 31 de diciembre de 2021, habiéndose aprobado con cerca del 11% de ejecución financiera de la cartera de proyectos que lo componen), se debe a nuestro criterio, justamente a la ausencia de una institucionalidad pública que tenga la tarea específica de hacer no solo el seguimiento, sino también el acompañamiento y destrabe constante de los proyectos. Esa visión de mejora de la institucionalidad para el impulso de estos proyectos, no se encuentra presente en el mensaje.
El discurso, si bien menciona avances en materia de electrificación rural, algunas obras en educación entre otros, transferencias de presupuestos y expectativas de proyectos a realizar, presenta espacios de mejora para aterrizar en aspectos propios de gestión por ejemplo presentando propuestas para mejorar los índices de ejecución del propio Gobierno Nacional, así como de una estrategia para procurar que las elecciones regionales y municipales de octubre no golpeen a la inversión pública con miras al 2023.
Asimismo, en el caso de inversión pública con participación privada, se requiere una actualización de la cartera que maneja PROINVERSIÓN, y la generación de lazos de confianza con el sector privado, que le permitan adentrarse en grandes proyectos, en un escenario donde se afronta gran rotación de funcionarios a lo largo de los distintos procesos en su ciclo de vida, y que se acompañará con nuevas gestiones subnacionales que requerirán apoyo para realizar adecuadamente los procesos de la inversión pública.