Escribe: Sandro Denegri, director del MBA con especialización en Business Analytics de Pacífico Business School.
Un hombre, mientras abría la puerta de su apartamento, contaba a su novia la broma que le había hecho a su nuevo robot de cocina con Inteligencia Artificial. Le pidió al robot cocinar un plato con proteína, pero no había dejado carne en el frigorífico. Grande fue su sorpresa cuando encontró un humeante plato de estofado en la mesa, con una gran pieza de carne en el centro. Pero aún más sorprendente fue que su gatito no salió a recibirlo como todos los días.
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Esta historia vino a mi cabeza cuando visité el área de Inteligencia Artificial Cognitiva en Madrid, perteneciente a uno de los bancos europeos más importantes. Tenían un gran grupo de personas dedicadas a hacerle preguntas a uno de los LLM –grandes modelos de lenguaje basados en IA, ChatGPT es uno de ellos–. Era su nueva generación de prompt engineers. “Para obtener valor del modelo, tenemos que aprender a hacer las preguntas correctas a la Inteligencia Artificial. Las preguntas son el quid de la cuestión” me comentaba la líderesa de esta área.
Al respecto de preguntas y respuestas, hay una frase atribuida a Pablo Picasso –aunque dudo mucho que la haya pronunciado el genial malagueño–. “Las computadoras son inservibles. Sólo te pueden dar respuestas”. El mensaje es contundente. En todos estos años en el mundo de los datos, no he hecho más que corroborar lo dicho. Siempre afirmo que es muy fácil identificar a las personas que conocen su tema; no son aquellas que piden cientos de indicadores, sino las que hacen las dos o tres preguntas clave para entender qué pasa con el negocio.
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En el nuevo mundo dominado por la revolución de la Inteligencia Artificial, hacer las preguntas correctas empieza a ser una competencia diferenciadora entre las empresas que sacan el máximo provecho de la IA y las que no. Por ello, ha nacido una nueva –y estratégica– especialidad: la de preguntón profesional o, por decirlo con un poco más de glamour, la de prompt engineer, que es un profesional especializado en la interacción con la IA (los LLM’s para este caso) y su rol es crear los “prompts” –preguntas– que permitirán obtener de estos modelos respuestas precisas, relevantes y deseadas.
La ingeniería de prompts viene a ser el arte de susurrar al oído de la IA para que esta revele sus tesoros más escondidos. “Las empresas necesitarán cada vez más a esos susurradores.
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