Por Alberto Ñecco
Ex director ejecutivo de ProInversión
Luego del éxito de los Panamericanos (UK), el Gobierno ha optado por priorizar los acuerdos Gobierno a Gobierno (G2G) para agilizar proyectos específicos de infraestructura, tales como el aeropuerto de Chincheros (Corea), la reconstrucción del norte (UK), los hospitales Lorena y Bernales (Francia), y de acuerdo al último anuncio presidencial, las líneas 3 y 4 del Metro, así como las obras de la Carretera Central.
En el corto plazo esta es una medida acertada, pues permite viabilizar la ejecución de estas obras. Sin embargo, los G2G que hemos visto a la fecha se han limitado al diseño y construcción de la infraestructura, es necesario definir el mecanismo mediante el cual se asegurará la operación y mantenimiento de la misma para de esta forma garantizar el objetivo primordial de estos proyectos: la provisión del servicio público.
Los G2G son, sin duda, una solución para acelerar y empujar la construcción de proyectos que van a ayudar a reactivar la economía, o por lo menos mejorar las expectativas de la misma; sin embargo, la principal bondad de estos instrumentos es que permiten al Estado peruano evitar la aplicación de sus propias normas y procesos, principalmente la Ley de Invierte.pe y la Ley de Contrataciones del Estado, utilizando en su lugar las normas y procedimientos que se pacten con el Gobierno contratado.
La brecha en infraestructura no se va a poder cubrir con acuerdos G2G y una solución estructural requiere una reforma integral de la normativa del Invierte.pe, así como de las contrataciones del Estado (además del sistema de promoción de la inversión privada, que no es solo ProInversión. Al menos en este punto, debemos apuntar hacia una reforma que incorpore la normativa y procesos de los G2G, ese debe ser el legado que nos dejen.
Un componente adicional, no menos importante, en la ejecución de los G2G, es la incorporación de los llamados PMO, firmas especializadas en el seguimiento y control de los proyectos para que se cumplan los plazos y presupuestos estimados, identificando oportunamente los factores que pueden afectar este objetivo. Es de esperar que se incorporen PMO para los proyectos recientemente anunciados: Línea 3, Línea 4 del Metro y de la Carretera Central.
Sin embargo, existe una diferencia importante en dichos proyectos respecto a los anteriores G2G, en el caso de estos proyectos la disponibilidad de predios y la liberación de interferencias (tuberías de agua y desagüe, líneas telefónicas, cables de luz, etc.) son un tema fundamental que debe ser enfrentado para poder asegurar la ejecución de cada proyecto. El ejemplo más notable es la Línea 2 y los varios años de retraso que lleva en su construcción. Probablemente el convenio G2G proveerá de un procedimiento optimizado para estos fines, pero el Ministerio de Transportes y Comunicaciones deberá reforzarse para poder hacer frente a este reto futuro.
Un tema importante que se deberá de incluir en el diseño de estos procesos G2G es la inclusión de los estudios de diseño y formulación avanzados. Al menos, en el caso de las líneas 3 y 4 ya se habían invertido varios millones de dólares en sus estudios con firmas consultoras especializadas.
En el pasado se incurrió en el error de apresurar las adjudicaciones de proyectos y dejar para más tarde la solución de este tipo de problemas, lo que llevó a que en el 2019 alrededor del 58% (por monto) de las adjudicaciones de APP hechas entre el 2011 y el 2017 se encontraban en operación parcial, con problemas o cancelados. En la búsqueda de solución se dieron varios cambios normativos, pero se dejó de lado la reforma institucional de todo el sistema, no solo ProInversión, y es por eso que el mismo colapsa continuamente bajo el peso de su propia complejidad.