Socio del estudio Miguel Mur & Abogados
La economía peruana, en los últimos dos trimestres, ha registrado resultados negativos. El Turismo, que es uno de los motores de la producción nacional, aún no logra recuperar los niveles prepandemia. Sobre todo, debido a la convulsión social que se ha registrado, reiteradamente, durante los meses.
En ese sentido, urge reactivar el turismo para impulsar la producción nacional, dado el potencial que tiene este sector en cuanto a impacto en el Producto Bruto Interno (PBI) y a la generación de empleo. Según cifras del Instituto Peruano de Economía (IPE), si en el 2024 se recuperasen los 4,3 millones de visitantes extranjeros que arribaron en 2019, el crecimiento del PBI podría llegar potencialmente hasta 3%. Esto implica 0,7 puntos porcentuales por encima de la proyección base de 2,3%, que calcula el IPE.
Conseguir esos resultados va a requerir acciones rápidas y contundentes. De acuerdo a cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), en lo que va del 2023, se ha registrado la visita de más de 1 millón de turistas extranjeros; una suma que está lejos de los 4,3 millones que se registraron en el 2019. Para acercarnos al objetivo, el sector requiere más que lo anunciado en el Mensaje a la Nación el 28 de julio.
Una de las primeras medidas del Gobierno debería pasar por analizar una serie de incentivos legales para el sector turismo, que funcionaron muy bien en nuestro país para incentivar el desarrollo de otros sectores como fue el agro, como podría ser establecer un aporte a ESSALUD que pueda ser equivalente al 5% por los siguientes 5 años, una tasa de impuesto a la renta del 15%, y un pago al trabajador por jornada, como sucedía en el régimen agrario.
Precisamente, una de las razones por las que el sector Agro alcanzó un gran nivel de desarrollo fue debido a dichos incentivos. Estas medidas deberían ser pensadas de manera temporal y considerando un horizonte de cinco años, para poder desarrollar los incentivos para la reactivación y mejora del turismo.
Estos incentivos fiscales deberían venir acompañados de un agresivo programa de financiamiento para el sector que esté orientado a otorgar financiamientos con tasas especiales, siempre y cuando las empresas cumplan con los compromisos de mantener la fuerza laboral, capacitar a la misma, recibir coaching y mentoring de parte de actores del Gobierno, y contribuyan con desarrollar mejoras en el servicio y atención del turista. De esta manera, generaremos no solo el incentivo financiero para el sector, sino que estará enfocado en la mejora y capacitación.
Si somos capaces de crear incentivos legales, otorgar financiamiento y desarrollar un plan de capacitación para los actores que esté enfocado en la mejora de la atención al turista, de seguro habremos entregado las herramientas nacesarias para que se realice un agresivo plan de reactivación y desarrollo del sector.
Si no nos tomamos en serio este trabajo conjunto y articulado que se debe desarrollar, no nos quejemos si en el siguiente lustro nuestros países vecinos, como Colombia, amplían la brecha de distancia sobre nosotros en la captación de turistas o si otros países acortan la brecha que les llevamos.