TASA CLAVE. El jueves pasado, el BCR redujo su tasa de interés a 4.75% anual. La anterior rebaja, a 5%, ocurrió en noviembre. La decisión del ente emisor tomó por sorpresa al mercado y generó críticas, dado que precisamente en noviembre (específicamente desde el día 5 de ese mes) un factor de incertidumbre para la economía global se hizo oficial: Donald Trump fue electo presidente de Estados Unidos. Sus amenazas de elevar aranceles y deportar masivamente a inmigrantes, entre otras, podrían comenzar a hacerse efectivas cuando asuma el cargo, el lunes 20 de enero, lo que acarrearía graves consecuencias en los mercados internacionales.
Pero el BCR prestó más atención a factores internos. Durante las segundas quincenas de todos los meses, la entidad encuesta a empresas, bancos y analistas para conocer sus expectativas económicas, la mayoría de las cuales se deterioró en la más reciente (noviembre) –aunque se mantuvieron en el tramo optimista–. El principal propósito de la tasa de interés del BCR es influir en las expectativas inflacionarias. Sin embargo, también tiene un efecto de arrastre sobre la actividad económica: cuando la rebaja, propicia un abaratamiento del crédito, lo que permite más gasto e inversión. Si bien ese efecto no es inmediato, sino que tarda algunos meses en manifestarse, sí puede mejorar las expectativas económicas de corto plazo.
LEA TAMBIÉN: Tragedia regional
El lenguaje que utiliza el BCR en sus comunicados mensuales del programa monetario es similar al del oráculo de Delfos –se presta a más de una interpretación–. Y en esta ocasión señaló que su nueva tasa “se acerca al nivel estimado como neutral”, pero sin precisar qué significa eso. El rango de definiciones de ese término abarca desde una tasa difícil de alcanzar en que la economía opera con pleno empleo y capacidad productiva, e inflación constante, hasta una tasa en la que la economía no se ve estimulada ni desacelerada.
LEA TAMBIÉN: Marca 100% peruana
También indica que se mantienen riesgos económicos, como la incertidumbre sobre la aplicación de políticas comerciales. En este caso, habría que adivinar que el BCR se refiere a Trump y sus anunciadas guerras comerciales y otras medidas proteccionistas. Estados Unidos es el segundo socio comercial del Perú, en el intercambio de bienes, de modo que las medidas de su nuevo Gobierno tendrán impacto en nuestra economía. Incluso uno de sus asesores amenazó con aranceles adicionales a bienes peruanos embarcados hacia su país desde el puerto de Chancay. Si la economía peruana está en peligro por el “factor Trump”, es entendible una menor tasa de interés del BCR.