Inflación. Trujillo, Piura, Chimbote y Huaraz fueron las ciudades que registraron mayor inflación en abril, respecto de marzo. La causa fue el desabastecimiento de bienes de primera necesidad, provocado por la interrupción del acceso a ciudades y zonas de producción, a causa de las lluvias y los consiguientes huaicos e inundaciones.
Por el contrario, debido al cese de bloqueos de carreteras en el sur, se normalizó el abastecimiento, en particular de combustibles (gasolina, gas doméstico), en Puno y Puerto Maldonado, que junto con Pucallpa tuvieron la mayor inflación negativa.
La inflación anualizada de abril –la tasa acumulada del periodo de doce meses terminado en dicho mes– fue 7.97% en Lima Metropolitana y 8.04% a nivel nacional.
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En ambos casos hubo disminución en comparación con la inflación anualizada de marzo: 0.43 y 0.63 puntos porcentuales, respectivamente.
Con ello, van dos meses de reducción de la inflación anualizada, aunque es muy pronto para hablar de tendencias, sobre todo considerando la probabilidad de un Niño costero –y el riesgo latente de futuras protestas, paros y bloqueos de carreteras–, a lo que debe sumarse la incertidumbre externa.
La tendencia que sí se confirma es que la inflación sigue siendo más alta en el interior del país que en la capital. También se evidencia que, por ahora, la meta inflacionaria oficial (la del BCR), que se ubica en el rango 1%-3%, continúa pareciendo utópica.
Hay que precisar que se trata de una tasa anual y no mensual, y que solo considera data de Lima. La última vez que la inflación anualizada estuvo dentro del rango fue en mayo del 2021 y alcanzó su pico en junio pasado (8.81%).
Luego entró en una especie de sube y baja, influenciada por factores externos, como la guerra en Ucrania, e internos, como la inestabilidad política generada por los desaciertos del Gobierno de Pedro Castillo.
El BCR ha intentado anclar las expectativas inflacionarias con medidas como la venta de dólares –sobre todo en la segunda mitad del 2021– y el alza de su tasa de interés de referencia, entre agosto del 2021 y diciembre del 2022.
Si bien los analistas no esperan que la inflación de este año termine dentro del rango meta (el BCR sí tiene esa esperanza), habría que señalar que las expectativas no se han disparado.
Esto explicaría, en parte, que en lo que va del año, el BCR no haya subido su tasa de interés, aunque otro motivo sería el riesgo de enfriamiento de la economía peruana, que es el efecto adverso de esa medida: recordemos que, en el primer bimestre, el PBI se contrajo 0.87%.
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