Según la Contraloría, el 20% de proyectos de inversión que está en condiciones de ser ejecutado aún no ha iniciado su ejecución financiera y estaría en situación de abandono (Gestión 21.03.2024). Se trata de 40,581 proyectos que habrían sumado inversiones por S/ 294,398 millones, monto que debería generar preocupación (y vergüenza) en las autoridades gubernamentales de todo nivel, teniendo en cuenta las amplias brechas de infraestructura en transporte, educación, agua potable, saneamiento, salud, seguridad, riego, etcétera.
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¿Cuáles son los motivos de tamaña desidia? El contralor de la República, Nelson Shack, apunta a la corrupción, pues sostiene que “el negocio esencial” en estos casos no está en ejecutar una obra, sino en adjudicársela y que por eso se coimea en el proceso de selección del concesionario. El ganador de la buena pro presenta una carta fianza, que en algunos casos sería falsa, y recibe el adelanto presupuestal correspondiente, pero nunca ejecuta la obra. En teoría, la Fiscalía tendría que hacerse cargo de investigar y hallar a los responsables –incluidas las empresas que sobornan–, con el respaldo de los procuradores que el Ministerio de Justicia emplea en provincias y distritos de todo el país. ¿Se animarán a emprender esta tarea?
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Habría que suponer que no todos los casos responden a una motivación delincuencial, pues también podría tratarse de la consabida ineptitud de quienes tienen la responsabilidad de la ejecución presupuestal. Esto se observa con mayor incidencia cuando los nuevos gobernadores y alcaldes asumen sus funciones. Durante su primer año, suelen paralizar obras con el pretexto de que deben familiarizarse con los procedimientos administrativos; pero en muchos casos, las interrumpen indefinidamente porque prefieren arrancar proyectos en los que figuren sus nombres.
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Pero no solo hay gobernadores y alcaldes que pecan por obra u omisión, pues el problema también está presente en el Gobierno nacional. Según la Contraloría, uno de cada cinco proyectos gestionados por Pronied (educación), Pronis (salud) y Provías (transporte) presenta riesgo alto de abandono. Por último, la desidia de ciertos ministerios provoca la paralización o ralentización en la ejecución de grandes proyectos. Uno de los que destaca en este apartado es el MTC: si antes fue con los retrasos en el aeropuerto Jorge Chávez y el Metro de Lima, hoy es con el aeropuerto de Chinchero, sin olvidar el embrollo que acaba de provocar la Autoridad Portuaria Nacional (adscrita al MTC) en torno al puerto de Chancay.
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