"¿Qué pasará con los otros puertos? Ni el Gobierno actual, ni los anteriores, tuvieron en cuenta este asunto".
"¿Qué pasará con los otros puertos? Ni el Gobierno actual, ni los anteriores, tuvieron en cuenta este asunto".

La entrada en operaciones de la primera etapa del , programada para noviembre, provocará cambios profundos en el transporte de carga marítima en el Perú y en países vecinos como y . La fecha de inauguración fue elegida para aprovechar la presencia del presidente de , , quien vendría a Lima para participar en la cumbre de líderes de APEC –una filial de la estatal china posee el 60% del proyecto portuario–. Sin embargo, considerando el desprestigio que se ha labrado a pulso su homóloga peruana, Dina Boluarte, quizás decida cancelar su viaje.

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Hay otro obstáculo. El Congreso tiene que aprobar la modificación de la Ley del Sistema Portuario Nacional a fin de aclarar el tratamiento a la inversión privada y evitar interpretaciones cuestionables como la que causó el embrollo jurídico en el que está sumido el proyecto de Chancay. Pero el Legislativo le está dando largas al asunto. Lo cierto es que, a pesar de este escollo, el nuevo puerto será una realidad –de lo contrario, al país le espera un complicado y potencialmente costoso arbitraje–.

Volviendo al impacto económico del puerto, hay que recordar que será multipropósito, es decir, embarcará y desembarcará contenedores, así como carga general, a granel (no mineral), líquida y rodante. En vista que podrá atender buques de hasta 18,000 TEU de capacidad –los de mayor tamaño–, será apropiado para integrarse a rutas de larga distancia. De hecho, uno de sus objetivos es conectarse directamente con los megapuertos de Asia en general, no solo los de China.

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Esta ventaja podría perjudicar a puertos como Guayaquil o Valparaíso, entre otros, pues las navieras preferirían utilizar Chancay, aunque el nivel de los fletes sería otro factor que sopesar. También se verían afectados los puertos peruanos. Según cifras de la Sunat, citadas por el portal Rumbo Minero, Callao, Ilo, Salaverry, Paita y Pisco mueven alrededor del 85% de las exportaciones por mar del país. La cercanía de Chancay al Callao (a solo 80 km) haría que un número de exportadores e importadores decida trasladar sus operaciones. La Cámara de Comercio de Lima estima que entre el 30% y 40% de las exportaciones peruanas por mar se mudará a Chancay.

¿Qué pasará con los otros puertos? Ni el Gobierno actual, ni los anteriores, tuvieron en cuenta este asunto. Una medida que podría mitigar el futuro problema en los otros terminales sería permitir a navieras extranjeras hacer cabotaje en el país. Para ello, el Congreso tendría que modificar la ley vigente.

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