El PBI de febrero creció 2.85%, respecto del mismo mes del 2023. Fue la tasa de expansión más alta desde junio del 2022, cuando la economía peruana llevaba seis meses sumida en fase de desaceleración, la cual fue ocasionada principalmente por los desaciertos del régimen de Pedro Castillo y su incesante hostigamiento al sector privado –lo que caló en la inversión–. Hay que precisar que el resultado de febrero obedeció en gran medida al efecto estadístico, pues la base de comparación fue la caída de 0.61% registrada en febrero del año pasado, el segundo mes de la recesión.
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El sector que lideró el crecimiento fue minería e hidrocarburos, en parte por el efecto estadístico, como indica el informe del INEI, publicado ayer. El subsector minería metálica se expandió 17.1% debido a que en febrero del 2023 se agudizaron los bloqueos de vías de acceso a minas, así como ataques a campamentos que paralizaron la producción. Dado que los conflictos sociales comenzaron a amainar al mes siguiente, habría que esperar que el incremento del PBI del sector se estabilice a tasas menos elevadas en los próximos meses.
La mayor sorpresa fue el crecimiento del sector telecomunicaciones, que llevaba 20 meses consecutivos de contracción, debido a que hogares y empresas redujeron gastos en llamadas y uso de Internet –en parte por la caída de ingresos causados por la inflación, la desaceleración y la posterior recesión–. Habrá que esperar para saber si, aparte del rebote estadístico, este sector comenzó a recuperarse o solamente se trató de un “hipo”. En contraste, el agro decreció, al igual que en enero. El 2023, este sector vivió su peor año desde 1997 y parece que su agonía continuará.
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Si bien manufactura descendió, por décimo tercer mes consecutivo, la producción de bienes de consumo sí creció. Destaca el fuerte repunte de la producción de bebidas, tanto las no alcohólicas (18.6%) como las alcohólicas (62.4%). Sin embargo, la producción de bienes intermedios y de capital –que está vinculada con la inversión– no levantó cabeza.
Aunque las cifras del PBI no están desagregadas por tipo de empresa, las pymes siguen en una preocupante situación. Un factor es el tope a las tasas de interés decretado por el anterior Congreso, que ha provocado que miles dejen de ser sujetos de crédito del sistema financiero formal y tengan que recurrir a mafias de prestamistas ilegales para mantenerse a flote. El actual Congreso tiene la posibilidad de derogar la ley que dispuso dicho tope, pero no considera que esa urgencia sea “un clamor del pueblo”.