Mientras tanto, el MEF se concentra en medidas no muy acertadas como el entorpecimiento del procedimiento para acceder al crédito fiscal, la reducción de la restitución arancelaria a la exportación no tradicional (“drawback”, aunque podría retroceder con esta decisión) y un nuevo jefe de la Sunat.
Mientras tanto, el MEF se concentra en medidas no muy acertadas como el entorpecimiento del procedimiento para acceder al crédito fiscal, la reducción de la restitución arancelaria a la exportación no tradicional (“drawback”, aunque podría retroceder con esta decisión) y un nuevo jefe de la Sunat.

El ha seguido gastando más de lo que recibe. En setiembre, por quinto mes consecutivo, el anualizado del no financiero representó el 4% del PBI. Se trata de un récord que hace unos años –excluyendo la pandemia– habría sido escandaloso. Incluso, el Congreso habría presentado una moción de censura contra el titular del por tamaña ineficiencia fiscal, aunque hoy hubiese sido el colmo de la desvergüenza pues la vasta mayoría de legisladores es responsable de leyes que han aumentado el gasto público rígido, es decir, el que no puede ser reducido, y que impide llevar el déficit fiscal a niveles menos riesgosos.

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La moción de censura que pesaba sobre el titular del MEF, José Arista, rechazada por el pleno la semana pasada, responsabilizaba al ministro por temas que no le correspondían (la pobreza monetaria del 2023) o que no son exactos (no hay menor inversión pública sino lo contrario). De hecho, a pesar de las estrecheces del tesoro público, la inversión pública creció 11.3% en setiembre y 28.2% en el periodo enero-setiembre. Pero el gasto total se incrementó mucho más en setiembre (47.1%), mientras que los ingresos aumentaron menos de la mitad (21.6%).

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El BCR, encargado de publicar las estadísticas económicas del país –algunos congresistas se enteraron de esto hace poco–, indica que los resultados negativos de Petroperú habían impactado en los déficits fiscales previos, pero que la capitalización dispuesta por el Gobierno el mes pasado fue compensada con un mayor ingreso de la empresa estatal, por el mismo monto. Sin embargo, financiar el déficit fiscal requerirá mucho más que movidas contables.

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Para empezar, ya no será 2.8% del PBI, pese a que esa cifra está aprobada por ley –el propio Arista ha admitido la falta de disciplina fiscal–. El BCR proyecta que cerrará el año en 3.3% del PBI. En vista que será bastante superior al esperado, los requerimientos de financiamiento serán mayores. Al respecto, la autoridad monetaria proyecta que el requerimiento financiero para balancear el déficit fiscal pasará de S/ 30,661 millones, calculados en junio, a S/ 35,497 millones. La principal fuente de dicho financiamiento será la emisión de bonos globales y soberanos. Es decir, tendremos más deuda externa.

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Mientras tanto, el MEF se concentra en medidas no muy acertadas como el entorpecimiento del procedimiento para acceder al crédito fiscal, la reducción de la restitución arancelaria a la exportación no tradicional (“drawback”, aunque podría retroceder con esta decisión) y un nuevo jefe de la Sunat.

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