
La alerta epidemiológica por la influenza H3N2 no ha derivado, al menos hasta ahora, en una crisis sanitaria de gran magnitud. Pero su relevancia coyuntural no está necesariamente en la severidad de un eventual brote, sino en lo que vuelve a dejar al descubierto: el Perú no aprendió nada de la pandemia. O, peor aún, aprendió tan poco que hoy se encuentra igual o más vulnerable que en una etapa que expuso con crudeza la fragilidad del sistema de salud.
LEA TAMBIÉN: Tres cambios de hábitos que mejorarán tus finanzas en el 2026
El país destina el 6.2% de su PBI a salud, por debajo de economías comparables de la región, según un análisis de la OCDE. Aunque en el 2025 se asignaron S/ 33,587 millones al sector y el presupuesto ejecutado en actividades y proyectos creció 112% entre el 2015 y 2024, los resultados no se reflejan en mejores servicios ni en mayor capacidad de respuesta.
LEA TAMBIÉN: Lo que la SUNAT aún no resuelve sobre la certeza tributaria
La razón es estructural. Más del 50% del presupuesto de salud se destina hoy al pago de planillas y obligaciones sociales. Hace apenas cinco años, ese componente representaba el 30%. Así, el resultado es un sistema con más gasto corriente, pero con hospitales, postas y equipamiento que siguen siendo insuficientes.
LEA TAMBIÉN: Diez años después: ¿regresa la ola promercado a América Latina?
La debilidad del primer nivel de atención es especialmente crítica. Más de la mitad de los establecimientos no opera siquiera 12 horas al día y solo el 43% de la demanda ambulatoria es atendida efectivamente, de acuerdo con Videnza Instituto. Esto representa una falla considerable si lo que se busca es tener un manejo exitoso ante una eventual pandemia. A ello se suma la escasez de recursos: el Perú cuenta con apenas 1.17 camas hospitalarias por cada 1,000 habitantes y solo 1,264 camas UCI a nivel nacional (2024).
LEA TAMBIÉN: Machu Picchu no se gestiona con populismo
Este deterioro ocurre en paralelo a una expansión acelerada del gasto en planillas en todo el Estado. Para el 2026, el presupuesto para personal y obligaciones sociales alcanzará S/ 93,957 millones, tras crecer 12.3% en un solo año, por encima del promedio histórico de 9.9% anual, según un análisis del CPC. En salud (Ministerio de Salud), el presupuesto de planillas del Gobierno nacional aumentó 533% respecto al 2015.
LEA TAMBIÉN: El péndulo: ¿Funcionará en las elecciones de Perú como en Chile, Argentina o Ecuador?
La alerta por H3N2 ha demostrado que el país sigue sin anticiparse a los hechos. Este es un problema que el próximo gobierno no puede eludir. No se trata de gastar más, sino de gastar mejor. La pandemia dejó una lección dolorosa. Que hoy sigamos discutiendo lo mismo confirma que, como país, aún no la hemos aprendido.







