La más reciente duró hasta la madrugada del sábado, como suelen prolongarse las juergas más memorables. Y embriagados de poder y sumidos en el descontrol, los participantes hicieron lo que quisieron –quienes mostraron cierta mesura fueron una diminuta minoría–. Los congresistas volvieron a excederse y, al igual que con sus leyes que se están trayendo abajo la institucionalidad del país, se apresuraron en aprobar proyectos de ley que seguirán horadando la ya débil caja fiscal.
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De todos los proyectos de ley que aprobaron al caballazo el fin de semana, solo uno podría considerarse acertado: la derogatoria de la Ley 31143, vigente desde marzo del 2021, y que imponía topes máximos a las tasas de interés para préstamos a mypes y de consumo. Esta norma originó lo que se advirtió: el aumento del número de empresarios y personas que dejaron de ser sujetos de crédito y tuvieron que recurrir a la informalidad, como la delincuencial modalidad “gota a gota”. Tuvieron que pasar casi cuatro años para eliminar una ley que ha causado demasiado perjuicio.
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Entre las autógrafas de ley que golpearán la caja fiscal, figura la ampliación por tres años del IGV reducido (8%) para mypes que prestan servicios de restaurantes y hospedajes. El 2023, según el MEF, esta medida tuvo un costo fiscal de S/ 743 millones. Además, la rebaja impositiva no se ha trasladado a los precios, porque estos responden a otros factores, como la estacionalidad: entre enero y noviembre de este año, el índice de precios de restaurantes y hoteles subió 2.65%, mientras que la inflación total fue de 1.75%.
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No debería sorprender la aprobación de una nueva amnistía tributaria. Se trata de un régimen especial del Impuesto a la Renta (IR) para personas naturales, sucesiones indivisas y sociedades conyugales. Según el MEF, esta medida condonaría deudas entre S/ 2,100 millones y S/ 3,600 millones, sobre todo en sectores de altos ingresos. También será muy costosa la creación de universidades –nada menos que 20–, aunque sus proponentes lo nieguen o no lo sepan. Por ejemplo, el proyecto de ley que crea una universidad en Ilo (Moquegua), señala que “no irrogará costo alguno al Estado”. Como “gancho electoral”, esta medida es muy efectiva –al igual que la creación de distritos–.
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Los congresistas tampoco desaprovecharon la ocasión para beneficiar a sus grupos de interés, como la ampliación por cuatro años de la ley que formaliza los autos colectivos. Y para estar a tono con los tiempos, se lucieron con la aprobación de un “marco normativo” para el desarrollo de zonas económicas especiales privadas (ZEEP).