Editorial de Gestión. La nueva mesa directiva deberá trabajar para modificar actitudes y no reincidir en los errores de la actual. (Foto: Congreso)
Editorial de Gestión. La nueva mesa directiva deberá trabajar para modificar actitudes y no reincidir en los errores de la actual. (Foto: Congreso)

MESA DIRECTIVA. Hasta el cierre de esta edición solo una lista—la liderada por Lady Camones— se había inscrito para las elecciones de la mesa directiva del Congreso que se llevarán a cabo mañana. Sin embargo, no será lista única. Dos listas más podrían inscribirse antes de las 10 de la mañana de hoy. Una es la que encabezaría Gladys Echaíz y la otra liderada por Héctor Acuña.

La existencia de tres listas confirma que el mayor problema de las fuerzas políticas de oposición se mantendrá durante un año más. A pesar de la difícil situación que atraviesa el país, las bancadas no han logrado deponer sus intereses particulares y prefieren seguir divididos, lo que de ninguna manera ayuda a generar el clima necesario para darle tranquilidad a la ciudadanía.

Hace unos días, señalamos que el nuevo presidente del Congreso debería evitar repetir los errores de la mesa directiva saliente y buscar, en primer lugar, conciliar posiciones y lograr consensos para llevar adelante la agenda pendiente. Para lograrlo, lo ideal es que la nueva mesa esté conformada por rostros nuevos que no generen resquemor y que tengan la capacidad para acercar posiciones en las diversas bancadas. Al parecer —dados los apoyos conocidos hasta ayer—, esto no sucedería, lo que dificultará las decisiones que deba llevar adelante el Parlamento.

No se trata de hechos menores, además de la cargada agenda legislativa de proyectos pendientes y la designación del nuevo Defensor del Pueblo, los parlamentarios deberán decidir el camino que tomarán las investigaciones fiscales que involucran al presidente Pedro Castillo y los pasos que dé la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales luego que el pleno del Congreso aprobara el informe de la Comisión de Fiscalización que recomienda acusar constitucionalmente al mandatario. Ambas situaciones podrían llevar a la salida de Castillo y sin los consensos necesarios estas decisiones podrán dilatarse o no concretarse. Peor aún, si el Parlamento no muestra un bloque sólido y consecuente podría no lograr el apoyo de la ciudadanía y con ello restar viabilidad a las opciones democráticas que pudieran necesitarse.

La conformación de las listas ha sido una oportunidad perdida. La nueva mesa directiva deberá trabajar para modificar actitudes y no reincidir en los errores de la actual.