"Produce ya no puede esperar más para comprarle a las pymes. El futuro no espera". (Foto: Hugo Curotto | GEC)
"Produce ya no puede esperar más para comprarle a las pymes. El futuro no espera". (Foto: Hugo Curotto | GEC)

PARÁLISIS. La crisis causada por la incertidumbre política ha provocado que el mediano y largo plazo estén completamente ausentes del debate nacional. Ahora se discute lo que podría pasar dentro de dos años con la Presidencia de la República, o si los congresistas, en una muestra de menosprecio por los intereses de la población, verdaderamente tienen planeado quedarse hasta el 2026. Y en materia de política económica, la urgencia de ayudar a las empresas de muchos sectores, perjudicadas por los bloqueos de carreteras y actos violentos en las calles, ha despojado de la importancia que merecen los proyectos a futuro.

En suma, a la parálisis de la administración pública que fue provocada por la impericia de Pedro Castillo y, con muy pocas excepciones, sus ocho decenas de ministros (en menos de 18 meses), ahora se suma la paralización de la visión a futuro que debería tener un Gobierno de transición como el de Dina Boluarte. No estamos sugiriendo que la mandataria y sus ministros dejen de atender los muchos problemas de la coyuntura política y económica –con demasiados desaciertos y poco sentido de la urgencia, valga decirlo–, pero el país también necesita recuperar el rumbo.

No se trata de concebir planes de desarrollo programáticos porque ya existen; se podría decir que abundan. Los más recientes datan del anterior Gobierno de transición: un grupo de ministros de Francisco Sagasti diseñó estrategias (Mincetur para reactivar el turismo, tras la pandemia, y Produce para agilizar las compras a las pymes, por ejemplo) o las actualizó (el MEF con el Plan de Infraestructura). La idea era dejarle al nuevo Gobierno un punto de partida ya trazado, pero lamentablemente ni Castillo ni sus jefes de gabinete le dieron importancia.

Boluarte y sus ministros harían bien en revisarlos y comenzar a ponerlos en práctica, o a continuarlos si su implementación fue interrumpida. Se podría empezar por lo que tiene impacto económico inmediato –el empleo y la reactivación del sector privado–. Por ejemplo, la inversión pública, pues mejora la dotación de infraestructura. Hasta ahora, la titular del MTC se ha centrado en brindar balances del desastroso manejo en ese ministerio, pero con casi dos meses en el cargo, se espera más de ella. El MEF podría revivir las mesas ejecutivas, cuyo papel para impulsar la competitividad ha sido valioso. El Mincetur tiene que retomar la promoción del Perú como destino turístico y como vendedor de productos premium. Produce ya no puede esperar más para comprarle a las pymes. El futuro no espera.

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