Editorial de Gestión. El Gobierno no debería esperar los informes de Contraloría para verificar si su contratación cumple con los perfiles o no.  (Foto: archivo Presidencia)
Editorial de Gestión. El Gobierno no debería esperar los informes de Contraloría para verificar si su contratación cumple con los perfiles o no. (Foto: archivo Presidencia)

NOMBRAMIENTO DE FUNCIONARIOS. Contar con el personal idóneo para realizar una tarea es el primer paso cuando se quieren lograr buenos resultados y en los casi 15 días que lleva ya el actual gobierno, este ha sido su principal problema. Frente a las críticas por los malos nombramientos que realiza el gobierno de Castillo, el premier Guido Bellido insiste en que siendo Perú Libre el partido ganador, resulta lógico que sean los allegados al mismo quienes ocupen un cargo en el Gobierno. Esta declaración no va al fondo del problema, pues no está en duda que deba elegir entre las personas afines a sus ideas, lo que se exige es que los designados sean los competentes para el cargo tanto profesional como éticamente y que estén libres de cualquier antecedente judicial o acusación.

Este tema es de tal sensibilidad que instituciones como la Defensoría del Pueblo, Servir y la Contraloría General de la República han manifestado su preocupación por la manera cómo se vienen ocupando tanto los cargos de confianza como los puestos más importantes de diversas instituciones.

Ayer el contralor Nelson Shack se reunió con el presidente Castillo para recordarle la necesidad de respetar los perfiles que deben cumplir los funcionarios de las diversas instituciones. En ese sentido, resulta positivo que la Contraloría y todos los órganos de fiscalización estén atentos y supervisen las diversas contrataciones y designaciones que se están haciendo, que den a conocer las irregularidades que encuentren y que inicien los procesos para deslindar responsabilidades y sancionar a los responsables, incluso con la inhabilitación de hasta por cinco años. Sin embargo, dado que la primera responsabilidad es del que nombra, el Gobierno debería estar más atento y no esperar los informes de la Contraloría para verificar si las personas que eligen cumplen con los perfiles o no.

Puede que no sea sencillo y que el equipo de gobierno no cuente con las herramientas necesarias para poder hacer esta selección, pero puede apoyarse en organismos especializados en el tema como Servir, que tiene dentro de sus facultades la de asesorar a las diversas unidades de recursos humanos de todas las instituciones del país.

En esa línea, resulta positiva la propuesta de la Contraloría de plantear un proyecto de ley que ayude a estandarizar los perfiles de todos los puestos de la administración pública, incluido un estándar mínimo para la designación de ministros. De esa manera se podría reducir la discrecionalidad que existe en los nombramientos.


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