INFLACIÓN. La vulnerabilidad de la agricultura peruana ante las anomalías climatológicas volvió a sentirse en agosto. Según el INEI, falta de agua para riego en el sur provocó que continuasen subiendo los precios de productos como la cebolla roja (19.2%, respecto de julio), mientras que en el norte, las lluvias perjudicaron la siembra y cosecha de frutas, siendo el limón el que más se encareció (nada menos que 66.2%). Otras frutas que acusaron el golpe: manzana, palta fuerte, sandía, mango y uvas.
El limón y la cebolla roja son ingredientes fundamentales de la cocina nacional, de modo que su mayor precio, originado por su escasez, se sintió en los bolsillos de los consumidores. Sin embargo, no afectó significativamente el costo de platos como el cebiche (0.2%) porque pescados y mariscos se abarataron. Y dado que otros bienes de la canasta básica también se vendieron por menos en agosto, como el pollo y sus cortes, además de otras carnes, a lo que deben sumarse otros grupos de bienes y servicios –la tarifa de electricidad residencial también bajó–, la inflación de agosto fue 0.40% a nivel nacional (0.38% en Lima Metropolitana). En tanto, la tasa anualizada se situó en 5.79%, marcando su sexto mes consecutivo de disminución (5.58% en la capital).
El INEI también explicó que los precios de los combustibles aumentaron porque la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó reducir su oferta. Pero el efecto que no mencionó es la cancelación que hizo Rusia del acuerdo para permitir la exportación de cereales de Ucrania, que ha elevado las cotizaciones del trigo y del maíz, y que en el Perú se sintió en un encarecimiento ligero del pan. Asimismo, el aumento del tipo de cambio en agosto (2.13% respecto de julio) incidió en la adquisición de vehículos nuevos y en el alza de dos indicadores que el INEI solo mide para Lima: los índices de precios de materiales de construcción y de maquinaria y equipo.
No obstante, las tasas anualizadas de ambos indicadores siguieron en negativo (1.65% y 3.33%, respectivamente), principalmente debido al enfriamiento de la demanda. Es que si la inversión privada ha estado en retirada, ha comprado menos maquinaria y equipo (para industria y transporte) y menos materiales de construcción como ladrillos, tuberías, insumos metálicos, mayólicas, vidrios y madera. Y mientras los planes de gasto de empresas y familias continúen en stand by, estos rubros no se recuperarán –y se verán obligados a reducir su personal–. Otro motivo más para prestarle atención a la inversión privada.