Escribe: Fernando Miranda, consultor asociado de LHH DBM Perú
Las empresas toman la decisión de desvincular al personal, ya sea porque buscan nuevas funciones, nuevos perfiles o debido a la situación económica. Frente a esta realidad, las personas a menudo cometen errores durante el proceso. Desde la perspectiva del ejecutivo que enfrenta la desvinculación, hay algunos aspectos que es fundamental evitar:
1. No tomarlo personalmente y buscar que la salida sea en buenos términos. Es crucial buscar una salida amigable dentro de lo posible. A menos de que existan infracciones legales o maltrato evidente, se debe buscar una desvinculación ordenada. Buscando dejar siempre “la puerta abierta”. Hemos visto casos en que los ejecutivos regresan a empresas de las que en algún momento fueron desvinculados porque las situaciones cambian. Es importante mantener una buena comunicación con la empresa, con la finalidad de alinear la información, tener claro los motivos, la situación que se está dando y dar consistencia al mensaje que se da al exterior (las empresas a las que postularemos podrían pedir referencias a nuestro anterior trabajo).
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2. No cortar el periodo de duelo. Es importante no apresurarse más de lo necesario y permitirse un breve periodo de duelo tras la desvinculación laboral. Pretender, desde el día uno, decir que “no pasa nada”, no tiene sustento. Es importante que tomemos un breve tiempo para aceptar la situación y la nueva etapa de vida que estamos iniciando. Es momento de reflexión para interiorizar las oportunidades que aparecen y evaluar los próximos retos profesionales.
3. No entrar en pánico. No debemos entrar en pánico y en ese momento, fruto de la desesperación, comenzar a contactar y repartir nuestro currículum por todos lados, pues probablemente logremos el resultado contrario al que estamos buscando. Es el momento ideal para hacer un alto, reflexionar sobre nuestros objetivos profesionales y hacer una autoevaluación respecto de lo que hemos venido desarrollando en nuestra carrera profesional: ¿dónde me encuentro? ¿Qué quiero para mí en el futuro? Es importante reflexionar, ordenar las cosas, plantear estrategias, para luego encontrar un trabajo.
4. Enfrentar el proceso de búsqueda sin planificación. La búsqueda de empleo debe ser trabajada como un proyecto organizado, planificado y estratégico. Un programa de outplacement es de gran ayuda para identificar claramente nuestra propuesta de valor, el lugar en el que queremos seguir desarrollándonos, establecer una estrategia e implementarla de manera correcta.
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5. No involucrar a la familia. La familia juega un papel crucial en el proceso de transición laboral. La comunicación abierta y la participación de la familia pueden ser fundamentales para brindar apoyo y soporte emocional durante este proceso.
6. No organizar nuestras finanzas. Esto es esencial durante la transición laboral. Aunque algunos gastos pueden considerarse superfluos temporalmente, también es importante evitar crear un ambiente de “economía de guerra” en la casa porque se requiere tranquilidad. La liquidación recibida debe verse en una primera etapa, más que como “dinero” como “tiempo”, permitiendo al candidato centrarse en su proceso.
Por último, si reciben rápidamente una oferta laboral, la decisión de aceptarla debe basarse en qué tanto cumple con las expectativas deseadas. Aceptar solo por miedo puede ser perjudicial a mediano y largo plazo, y debe ser cuidadosamente analizado.
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