¿Vale la pena ser activista? ¿De verdad es parte de nuestro rol empresarial? Un gerente de comunicaciones pone cara de escéptico en una mesa, en una mañana de debate en LLYC entre pares, cuando salta el tema. Recuerdo inmediatamente lo que hace algunos años me dijo Zelma Acosta-Rubio, VP de Asuntos Corporativos y Legales de Interbank: la dificultad, en el corto plazo, son las represalias populistas (más ante un gobierno como este —pienso hoy—, con un marcado sesgo antiempresarial que se traduce en regulaciones con resultados contraproducentes).