Profesora de Pacífico Business School
La población en la industria financiera en Perú es mayoritariamente femenina. De los 63,000 colaboradores, el 52% son mujeres. Si lo analizamos cuantitativamente es un nivel alto de representatividad de las mujeres en la industria. Especialmente si lo comparamos con otras industrias.
Esta estadística nos muestra un avance importante y sostenido en inclusión de género en términos cuantitativos, más no cualitativos. ¿Por qué? Pues porque si profundizamos en los números y analizamos los puestos ocupados por mujeres, advertimos que el 60% ocupa puestos de mando medio y funciones operativas y solo el 24% ocupa puestos en alta dirección. Esto es, el 76% de posiciones en alta dirección son ocupadas por hombres.
¿Falta de capacidad? ¿meritocracia? ¿las mujeres no estamos preparadas para asumir mayores responsabilidades? A todas luces, en la industria financiera nos toca avanzar en términos cualitativos. ¿Qué significa esto? Significa que el reto de la industria financiera consiste en contar con mayor participación de mujeres en puestos de dirección, puestos que tradicionalmente han estado reservados para el género masculino. La evidencia muestra que la presencia de mujeres en cargos de dirección genera efectos positivos y multiplicadores: mayor talento, más innovación, mejores retornos financieros y, principalmente, impacta positivamente sobre las aspiraciones y logros de las colaboradoras e incluso de niñas.
Las mujeres en la alta dirección de la industria financiera debemos lograr con nuestro ejemplo que más mujeres ocupen puestos de dirección. Debemos lograr que las organizaciones se beneficien del aporte particular y distintivo de las mujeres para maximizar resultados pero sin renunciar a nuestra identidad, ni a nuestra condición de mujer. Sin que sea necesario que nos “masculinicemos” para poder “encajar”. Debemos lograr que cada individuo se sienta libre de aportar su identidad completa y auténtica, creando un entorno en el que las personas se sientan involucradas y valoradas. Tenemos una gran oportunidad en nuestras manos de crear una nueva realidad, sin dejar a nadie atrás.