Economista, docente de la Escuela de Posgrado de la U. Continental.
1. El presidente Pedro Castillo no ha llegado siquiera al primer medio año del periodo para el que fue elegido, pero el desgaste sufrido ha sido muy grande, tanto para el Gobierno como para la mayoría de peruanos. En este corto periodo de tiempo, el presidente Castillo ya tuvo dos gabinetes ministeriales; además, diversos de sus ministros se vieron forzados a renunciar por cuestionamientos muy fuertes a su gestión y/o a su comportamiento personal.
2. Los ciudadanos, por nuestra parte, debimos soportar la enorme incertidumbre causada por nombramientos muy cuestionables, por anuncios desacertados que luego serían desautorizados, así como por las continuas confrontaciones entre el Parlamento y el Ejecutivo. ¡Mucho ruido! La proyección para el 2022 de un crecimiento nulo en materia de inversión privada en un contexto de términos de intercambio históricamente altos, no es poca cosa: muestra el enorme costo que estaremos pagando los peruanos por los innecesarios errores en que incurre el Gobierno.
3. Me imagino a diversos miembros de la oposición sonriendo mientras recuerdan la famosa frase atribuida a Napoleón: “Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error”. Al respecto, es notorio que el presidente Castillo está cometiendo un error muy grave al no tomar distancia de actos aparentemente corruptos de diversos funcionarios de su gobierno.
4. Los recientes escándalos en Petroperú son particularmente relevantes. Los “concursos de a uno” (en los que participó un solo postor o solo un postor pudo presentar ofertas) convocados por la petrolera estatal no han pasado desapercibidos. Sin duda, el haber despedido a los profesionales más experimentados de la empresa en materia de compras y de control interno contribuyó a este lamentable episodio. La inestabilidad y falta de transparencia nos perjudica. La CGR –una institución que todavía no ha sido copada por el partido de gobierno– lo sabe y ya tomó cartas en el asunto.
5. Conozco a Petroperú de cerca; fui director y luego presidente del directorio de la empresa entre 2019 y 2020. Al poco tiempo de asumir el cargo, señalé en una conferencia: “Decir que en Petroperú no hay corrupción sería mentir”. La frase apareció publicada al día siguiente en la prensa y, desde entonces, junto a un equipo de profesionales independientes, luchamos abiertamente por fomentar la transparencia y pelear contra la corrupción en Petroperú. Para lograrlo, trabajamos de la mano de la CGR y de los diferentes órganos de control de la empresa, a los cuales buscamos fortalecer.
6. Nunca ocultamos los problemas de la empresa, los hicimos públicos; no nos tembló la mano al promover investigaciones y autorizar el despido de funcionarios corruptos que hoy buscan desesperadamente regresar a Petroperú. Jamás redujimos la competencia en concurso alguno de compra ni interferimos con los comités de adquisiciones, respetando escrupulosamente sus protocolos. En aras de la transparencia, también nos acercamos a la Secretaría Técnica de la Comisión de Libre Competencia del Indecopi para informar sobre cómo formábamos nuestros precios. En fin, hicimos lo que pudimos.
7. Pero hoy es claro que todo lo avanzado no fue suficiente. Un cambio de gobierno, un nuevo directorio y nueva gerencia fue todo lo que se requirió para botar por la borda mucho de lo avanzado. Es lamentable, pero no es irremediable. El presidente Castillo y los ministros Francke y González, miembros de la JGA de Petroperú, pueden y deben tomar cartas en el asunto. Urgente: se necesita acciones, antes que palabras o, peor aún, que silencio.