Universidad del Pacífico
Hace un tiempo, por razones de trabajo y de interés académico descubrí al hidrógeno. No digo al elemento químico que todos conocemos desde el colegio y que sabemos es parte del agua. Me refiero al potencial que tiene para la generación de energía este elemento químico. Tiene una serie de ventajas, siendo la principal que puede ser una herramienta eficiente para la reducción de gases de efecto invernadero.
Por ejemplo, el llamado hidrógeno gris que se obtiene a partir del gas puede ser igual de contaminante que los combustibles fósiles. Sin embargo, existe el hidrógeno verde que se puede obtener de procesar el agua o de yacimientos de hidratos y que en algunos casos producen como desecho agua. Como vemos, es una solución eficiente y sostenible, y evita el calentamiento global que es una de las principales amenazas para la humanidad en el futuro.
Seamos sinceros, esta tecnología aún es cara. Y seamos realistas, los combustibles fósiles están lejos de desaparecer en el corto plazo. Por lo menos seguirán siendo importantes en los próximos 50 años. Estoy asistiendo a un evento internacional sobre energía y se reconoce lo anterior. Pero también se mira al futuro y se adelanta que los costos de las energías renovables, incluidas el hidrógeno, se irán abaratando. Algunos estimados indican que, hacia el 2030, el costo de producir hidrógeno se reducirá y podrá competir con el resto de fuentes de energía.
En menos de 10 años, el costo de producir hidrógeno se reducirá y podrá competir con el resto de fuentes de energía
Algunos podrían pensar que esto es un debate académico y poco aterrizado. Eso es un craso error. Y se hace más evidente cuando estás en un evento internacional donde los bancos de inversión hablan de financiar proyectos de hidrógeno. Donde muchos países dentro de la transición de la matriz energética que se avecina ofrecen proyectos interesantes a inversionistas que está interesados en ellos a nivel mundial. Y se hace más evidente cuando países de la región con los que se conversa ya han avanzado en un marco regulatorio y en la asignación de competencias, si hubiera un proyecto de hidrógeno, y que también han identificado zonas que promocionan y algunos explotan, como Chile. Esto nos dice que el mercado está moviéndose en dicho sentido.
En este aspecto, cuando analizo a nuestro país, veo que si tuviéramos (por suerte) un inversionista que nos tocara la puerta con un proyecto de este tipo, ¿con quién tiene que conversar?, ¿quién tiene la competencia?, ¿quién tiene la experiencia o el conocimiento sobre esta fuente de energía? Por lo que conozco, creo que nadie. Ello contrasta con lo que hacen países como Chile, Colombia o Uruguay en la región. Esta tendencia va en serio y existe una preocupación clara del mercado de hacer una transición a estas tecnologías limpias. Como país, tenemos que pensar en el futuro y en diversificar nuestros proyectos de energía. El 2030 está a la vuelta y no podemos darnos el lujo de llegar tarde a la fiesta.
Disfruta tus descuentos del Club de Suscriptores cuantas veces quieras gracias a tu suscripción a Gestión. Más de 300 promociones esperan por ti, descúbrelas Aquí. Y si aún no eres suscriptor, adquiere tu plan AQUÍ.