Es usual que por estas épocas abunden los pronósticos sobre cómo va a ir la economía durante el año. También es usual que las proyecciones de crecimiento del MEF y el BCRP estén por encima de aquellas publicadas por analistas independientes. Después de todo, parte de su trabajo consiste en mantener altas las expectativas de los agentes económicos. Pero una cosa es eso y otra, muy diferente, publicar pronósticos exageradamente optimistas sabiendo que no se van a cumplir. Eso, más que alentar la inversión, genera dudas sobre la seriedad con la que se maneja la economía del país.