Un reciente estudio de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP indica que el 43% del portafolio del sistema financiero peruano está expuesto a eventos climáticos. Cada vez somos más conscientes del impacto ambiental y social de las actividades humanas. Frente a ello, adoptar prácticas financieras sostenibles se ha convertido en una prioridad de competitividad, rentabilidad y protección del valor de una empresa. El Perú, país megadiverso, altamente vulnerable, con altísimo potencial para las energías renovables y baja productividad, tiene mucho que ganar con las finanzas verdes.