Escribe: Renato Reyes Tagle, alto funcionario del Perú ante APEC.
El foro APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation) es uno de los espacios de cooperación más dinámicos del mundo, que engloba la participación de 21 economías, entre desarrolladas y emergentes. Concentra el 62% del PBI, el 48% del comercio y el 38% de la población mundial, respectivamente.
Con tales dimensiones, queda claro el grado de influencia e impacto que mantiene desde su creación en 1989; más aun considerando que su principal objetivo es apoyar el crecimiento económico sostenible de sus miembros.
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El Perú ejerce la presidencia de este foro el presente año bajo el lema “Empoderar. Incluir. Crecer”, que incorpora los pilares de la inclusividad y sostenibilidad a su agenda medular. Este acontecimiento cobra aún mayor relevancia desde la orientación que nuestro país le ha dado a la agenda temática del mismo, si se tiene en cuenta que la Cancillería ha logrado construir el consenso de todas las economías miembro de APEC para introducir por primera vez en la agenda permanente de este foro, el desarrollar medidas para promover la transición de los actores económicos informales a la economía formal, partiendo de un enfoque económico pero con una vocación transversal, que tome en consideración la complejidad de un fenómeno del cual el espacio APEC no está exento, tanto en sus economías emergentes como en las desarrolladas.
Según cifras del Banco Mundial, la contribución anual de las actividades económicas informales a los PBIs nacionales van desde el 56,6% (Perú) hasta un 8,2% (Estados Unidos), pasando por un 26,1% (Corea) y 15,5% (Canadá). Se trata de un fenómeno presente y con características específicas en cada realidad de la región del Asia-Pacífico.
Desde esa perspectiva, y conscientes de que vivimos en una era en que la constante innovación tecnológica es la característica principal, el Perú ha propuesto abordar este tema desde el impacto positivo que la digitalización puede traer para la formulación de políticas públicas que faciliten una transición hacia la formalidad, posibilitando no solo el acceso a derechos, sino también capacitándolos para acceder a los mercados globales en mejores condiciones.
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Se trata de empoderar en particular a los actores económicos más vulnerables, para incluirlos en una dinámica económica positiva, garantizando así un crecimiento de calidad, objetivo primordial del APEC.
Para ello, y a propuesta del Perú, las 21 economías hemos acordado trabajar el desarrollo de una hoja de ruta que reúna las políticas, estrategias y buenas prácticas que hayan probado su utilidad en el objetivo de incorporar en la economía formal a esa gran masa de actores informales, cuya contribución a la economía es real pero discontinua y, por lo tanto, por debajo del potencial positivo que la misma encierra.
No se buscará definir la informalidad ni adoptar un enfoque único, sino uno que pueda adaptarse a las realidades y circunstancias de cada una de las economías miembro. De esa forma, el objetivo es identificar, sobre la base de estudios, casos y políticas públicas exitosas, áreas claves que incentiven la formalización económica, tales como reforma estructural para generar entornos favorables, acceso a financiamiento, servicios de salud y educación, entender los desafíos que enfrentan los actores económicos informales, entre otros. Ello con un enfoque integral, en donde la conectividad digital sea un instrumento que permita la efectividad de políticas inclusivas y sostenibles para lograr dicha transición.
APEC es el foro más importante del Asia-Pacífico para el desarrollo de buenas prácticas e iniciativas que promuevan un crecimiento económico inclusivo y sostenible, además es una muy relevante plataforma para la generación de cooperación económica y técnica, a la par de permitir el fortalecimiento de las relaciones bilaterales de sus miembros, de lo cual la red de acuerdos de libre comercio que tiene el Perú es una prueba tangible.
De esta manera, al ser este mecanismo multilateral un espacio para desarrollar una diplomacia socioeconómica, para la diplomacia peruana la presidencia de APEC 2024 es una oportunidad para promover una agenda que responda a los desafíos económicos y sociales nacionales. Todo ello confirma la capacidad visionaria de la política exterior peruana, que en su momento hizo del ingreso del Perú a APEC un objetivo de estado y que ahora, nuestra activa participación en dicho foro ratifica como un interés permanente de nuestro país.
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