Las fuerzas ucranianas informaron de intensos bombardeos rusos e intentos de avance en varias ciudades de la región oriental de Donetsk, que se ha convertido en un foco clave de una guerra que dura ya casi seis meses, pero dijeron que habían repelido muchos de los ataques.
El Estado Mayor de las fuerzas armadas ucranianas también informó de bombardeos rusos sobre más de una docena de ciudades del frente sur, en particular la región de Jersón, controlada principalmente por las fuerzas rusas, pero donde las tropas ucranianas están recuperando territorio de forma constante.
Natalia Humeniuk, portavoz del comando militar sur de Ucrania, dijo que la situación es complicada, pero está bajo control. “El enemigo no se atreve a avanzar por tierra, pero dispara a los territorios en la retaguardia con artillería y cohetes”, dijo en una comparecencia informativa.
Cuando se le preguntó sobre el bombardeo ucraniano el domingo del puente Antonivskyi en la región de Jersón, indicó que sus fuerzas siguen disparando a las rutas utilizadas por los rusos para abastecerse.
“Durante la semana pasada, hemos destruido más de 10 almacenes. El daño que infligimos hace que sea imposible mover equipo pesado. Hay hechos registrados de que después de que infligimos derrotas en los puestos de mando, su personal de mando se trasladó a la orilla izquierda (del Dniéper)”, afirmó.
La planta nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, ha sido objeto de gran atención por el temor a una catástrofe debido a los nuevos bombardeos de los últimos días, que Rusia y Ucrania se achacan mutuamente.
“Los rusos creen que pueden obligar al mundo a cumplir con sus condiciones bombardeando la planta nuclear de Zaporiyia”, tuiteó Andriy Yermak, jefe del gabinete presidencial ucraniano. “Esto no ocurrirá”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha pedido el establecimiento de una zona desmilitarizada y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió que los soldados rusos que disparen contra la mayor central nuclear de Europa o la utilicen como base para disparar se convertirán en un “objetivo especial” de las fuerzas ucranianas.
La central de Zaporiyia domina la orilla sur de un vasto embalse en el río Dniéper. Las fuerzas ucranianas que controlan los pueblos y ciudades de la orilla opuesta han sido objeto de intensos bombardeos desde el lado controlado por los rusos.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que pretende inspeccionar la central, ha advertido de un desastre nuclear si no cesan los combates. Los expertos nucleares temen que los combates puedan dañar las piscinas de combustible gastado o los reactores de la planta.
Una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso dijo el lunes que Moscú hará todo lo que pueda para permitir que los especialistas del OIEA visiten la planta.
Combates en el Este y el Sur
Ucrania, donde el Parlamento prorrogó el lunes la ley marcial por otros tres meses, lleva semanas diciendo que está planeando una contraofensiva para recuperar Zaporiyia y la vecina provincia de Jersón, la mayor parte del territorio capturado por Rusia tras su invasión del 24 de febrero y que aún mantiene.
En la región de Lugansk, ocupada por Rusia, en los terrenos situados bajo un bloque de departamentos abandonado y carbonizado, Lilia Ai-Talatini, de 48 años, observaba cómo el cuerpo de su madre era exhumado de una tumba improvisada para ser llevado a un cementerio para un entierro adecuado.
Ai-Talatini contó a Reuters que había tardado 10 días en llegar al departamento de sus padres, en el lado controlado por los rusos de la ciudad de Rubizhne, durante los intensos combates que tuvieron lugar allí en marzo.
“Mi madre ya se estaba muriendo (...) tenía las manos azules, el cutis cetrino y ojeras”, dijo. “Al día siguiente, mamá falleció”.
Un responsable de la República Popular de Lugansk, un estado creado por los separatistas prorrusos, dijo que un equipo había estado trabajando en Rubizhne durante 10 días y exhumado 104 conjuntos de restos.
“Está claro que predominan las heridas de metralla, pero también hay heridas de bala”, dijo Anna Soroka, que estimó que había 500 tumbas no oficiales en la ciudad.
Reuters no pudo verificar de forma independiente los relatos del campo de batalla.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que su país está dispuesto a ofrecer armas modernas a sus aliados. Aprovechó un discurso en una exposición de armas cerca de Moscú para presumir de las avanzadas capacidades armamentísticas de Rusia.