No es probable que Biden acepte formalmente a Maduro como el legítimo líder de Venezuela, mucho menos que choque puños como hizo con el príncipe heredero de Arabia Saudita.
No es probable que Biden acepte formalmente a Maduro como el legítimo líder de Venezuela, mucho menos que choque puños como hizo con el príncipe heredero de Arabia Saudita.

El 7 de agosto, un hombre brilló por su ausencia en la investidura del primer presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro. El saliente mandatario, Iván Duque, prohibió la presencia de Nicolás Maduro, el dictador de Venezuela. Pero ese veto no atenuó su entusiasmo por el cambio político en su vecino, que es el más firme aliado de Estados Unidos en América Latina. Como muchos tiranos, Maduro elogia la democracia cuando funciona como a él le agrada.