En setiembre, los precios internacionales de la soja alcanzaron su nivel más alto en los últimos dos años, un incentivo para los productores argentinos. (Foto: Reuters)
En setiembre, los precios internacionales de la soja alcanzaron su nivel más alto en los últimos dos años, un incentivo para los productores argentinos. (Foto: Reuters)

Precios altos para la alentarían la siembra de la oleaginosa en Argentina en la campaña 2020-2021, pero condiciones secas y valores atractivos para el maíz limitarían la expansión, porque muchos agricultores consideran ampliar la participación del cereal de siembra tardía en sus campos.

es el principal exportador mundial de aceite y harina de . La oleaginosa es el cultivo que mayores divisas genera para el país y compite con el maíz tardío por hectáreas en los últimos meses del año.

En setiembre, los precios internacionales de la soja alcanzaron su nivel más alto en los últimos dos años, un incentivo para los productores argentinos.

Sin embargo, analistas señalan que por el clima seco que se extendería durante la primavera y los buenos precios del maíz, habría una importante siembra del cereal tardío -que permitiría a productores esperar por mejores condiciones de humedad-, poniéndole un límite al crecimiento de la soja.

“Productores han modificado su estrategia defensiva contra el riesgo de sequía y están diversificando su siembra en vez de ir directamente a la soja, como ha sucedido antes. Este año hay una fuerte intención hacia la siembra de maíz tardío”, dijo Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).

La BCBA ha calculado el área del maíz 2020-2021 en 6.2 millones de hectáreas y la semana que viene difundirá sus primeras estimaciones para la soja de la nueva campaña.

“Durante el desarrollo de septiembre va a seguir predominando un escenario de falta de precipitaciones”, dijo Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA). “Octubre debería presentarse más activo (en lluvias)”.

No obstante, el experto señaló que durante la primavera argentina, que comienza el lunes, las precipitaciones serán irregulares. Se espera que Argentina registre durante los próximos meses lluvias inferiores a las normales por los efectos de una versión moderada del fenómeno climático La Niña.

“Va a ser una campaña complicada. El fenómeno de La Niña está y siempre es un indicador negativo, aun si no es fuerte. Creo que vamos a seguir con un escenario en el que la pregunta ‘¿cuándo llueve de nuevo?’ va a ser permanente”, explicó Heinzenknecht.

Sin embargo, el meteorólogo de la CCA dijo que se espera que las condiciones climáticas se normalicen a partir del 2021, por expectativas de que La Niña sea neutral.

Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) la semana pasada estimó el área a sembrar con soja 2020-2021 en 17.3 millones de hectáreas, solo 100,000 hectáreas más que en la campaña previa, con una cosecha proyectada en 50 millones de toneladas.

“Sucede que el maíz, cultivo que compite con la soja en superficie, tuvo una muy buena campaña este año y si bien caerían un poco las siembras (del cereal), los precios se recuperaron y eso limita el traspaso” a la soja, dijo Emilce Terré, jefa de Estudios Económicos de la BCR.

En el mercado de futuros local MatbaRofex, el contrato de referencia del maíz -de abril del 2021- subía el jueves a US$ 160 por tonelada, un 33% por encima del precio con el que comenzó a operar en abril.

En el caso de la soja -y su contrato de referencia de mayo del 2021-, el alza en valor del futuro era de casi 14% desde marzo, a US$ 253 por tonelada.

Otros analistas y productores coincidieron en que la principal preocupación es el clima.

“Los precios deberían mejorar, ¡encima China compra todo!”, dijo Eduardo Bell, un agricultor de la localidad de Saladillo, en la provincia de Buenos Aires. “Nuestra principal preocupación es La Niña”.