Rusia podría enfrentar una recesión más prolongada y más profunda a medida que se extiende el impacto de las sanciones de Estados Unidos y Europa, perjudicando a sectores en los que el país ha dependido durante años para impulsar su economía, según un informe interno preparado para el Gobierno.
El documento, resultado de meses de trabajo de funcionarios y expertos que intentan evaluar el verdadero impacto del aislamiento económico de Rusia debido a la invasión del presidente Vladímir Putin a Ucrania, pinta un panorama mucho más terrible de lo que suelen hacer los funcionarios en sus optimistas declaraciones públicas.
Bloomberg vio una copia del informe, redactado para una reunión a puerta cerrada de altos funcionarios el 30 de agosto. Personas familiarizadas con las deliberaciones confirmaron su autenticidad.
Dos de los tres escenarios del informe muestran que la contracción se acelerará el próximo año, con la economía volviendo al nivel anterior a la guerra solo al final de la década o más tarde.
El escenario “inercial” ve que la economía tocará fondo el próximo año situándose un 8.3% por debajo del nivel del 2021, mientras que el escenario de “estrés” sitúa el mínimo en el 2024 en un 11.9% por debajo del nivel del año pasado.
Todos los escenarios apuntan a una mayor profundización de las sanciones, y es probable que más países se sumen a ellas. El brusco alejamiento de Europa del petróleo y el gas rusos también puede afectar la capacidad del Kremlin para abastecer su propio mercado, según el informe.
Más allá de las restricciones en sí, que cubren alrededor de una cuarta parte de las importaciones y exportaciones, el informe detalla cómo Rusia enfrenta ahora un “bloqueo” que “ha afectado prácticamente a todas las formas de transporte”, cortando aún más la economía del país.
Las restricciones tecnológicas y financieras se suman a la presión. El informe estima que hasta 200,000 especialistas en TI pueden abandonar el país para el 2025, el primer pronóstico oficial de la creciente fuga de cerebros.
Públicamente, los funcionarios dicen que el impacto de las sanciones ha sido menor de lo que se temía, con una contracción posiblemente menor al 3% este año e incluso menor en el 2023. Los economistas externos también ajustaron las perspectivas para este año, revirtiendo los pronósticos iniciales de una profunda recesión a medida que la economía se ha mantenido mejor de lo esperado.
Caída de las exportaciones
El documento llama a una serie de medidas para apoyar la economía y aliviar aún más el impacto de las restricciones para que la economía se recupere a los niveles anteriores a la guerra en el 2024 y crezca de manera constante después de eso.
Pero los pasos incluyen muchas de las mismas medidas para estimular la inversión que el Gobierno ha promocionado durante la última década, cuando el crecimiento se estancó en gran medida, incluso sin sanciones.
El servicio de prensa del Gobierno remitió una consulta sobre el informe al Ministerio de Economía, que no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Durante los próximos uno o dos años, el informe advierte sobre “volúmenes de producción reducidos en un rango de sectores orientados a la exportación”, desde petróleo y gas hasta metales, productos químicos y productos de madera. Si bien es posible algún repunte más adelante, “estos sectores dejarán de ser los motores de la economía”.
Un corte total del gas a Europa, el principal mercado de exportación de Rusia, podría tener un costo de 400,000 millones de rublos (US$ 6,600 millones) al año en ingresos fiscales perdidos, según el informe. No será posible compensar completamente las ventas perdidas con nuevos mercados de exportación, incluso en el mediano plazo.
Impacto en el sector petrolero
Como resultado, habrá que reducir la producción, lo que amenaza los objetivos del Kremlin de expandir el suministro doméstico de gas, según el informe. La falta de tecnología necesaria para las plantas de gas natural licuado es “crítica” y puede obstaculizar los esfuerzos para construir otras nuevas.
Los planes de Europa de dejar de importar productos de petróleo rusos (alrededor del 55% de las exportaciones estuvieron destinadas a la región el año pasado) podrían desencadenar fuertes recortes en la producción, lo que también dejaría al mercado interno sin combustible.
Los productores de metales están perdiendo US$ 5,700 millones al año por las restricciones, según el informe.
Si la economía mundial cae en recesión, advierte el informe, las exportaciones de Rusia podrían reducirse aún más a medida que se convierte en el “proveedor de refuerzo” en los mercados globales, con la demanda de sus productos desapareciendo primero. Eso podría desencadenar una caída del rublo y un repunte de la inflación.
Por el lado de las importaciones, “el principal riesgo a corto plazo es la suspensión de la producción por falta de materias primas y componentes importados”. A más largo plazo, la incapacidad de reparar equipos importados podría limitar permanentemente el crecimiento, según el informe.
‘Importaciones críticas’
“Simplemente no hay proveedores alternativos para algunas importaciones críticas”, dijo.
Incluso en el sector agrícola, donde el Kremlin ha promocionado sus esfuerzos para reemplazar los suministros extranjeros, la dependencia de insumos clave podría obligar a los rusos a reducir su consumo de alimentos a medida que disminuyen los suministros, según el informe.
Las restricciones en el acceso a la tecnología occidental pueden empujar a Rusia una generación o dos detrás de los estándares actuales, ya que se ve obligada a depender de alternativas menos avanzadas de China y el sudeste asiático.
El informe advierte que las sanciones también obligarán al Gobierno a revisar un rango de objetivos de desarrollo que Putin había fijado antes de la guerra, incluidos los destinados a impulsar el crecimiento de la población y la esperanza de vida.