El regulador ambiental chileno informó el jueves que formuló cuatro cargos contra una mina de cobre de la canadiense Lundin tras un socavón generado a finales de julio en un terreno cercano a la operación en el norte del país.
La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) dijo que las principales faltas fueron sobreextracción de mineral y construcción de obras en zonas diferentes a las aprobadas en su permiso, lo que habría provocado el socavón ubicado a 200 metros por sobre el caserón “Gaby 4″.
“La instructora del caso y la investigación de la oficina regional permitió vincular el socavón con la sobreextracción de mineral”, dijo el superintendente Emanuel Ibarra, citado en un comunicado.
“Además, cuando ocurrió el evento comenzó a filtrarse dentro de la mina grandes cantidades de agua desde lugares donde la empresa intervino más allá de lo considerado en la evaluación ambiental”, agregó.
A mediados de agosto, la SMA ordenó medidas “urgentes y transitorias” en medio de la investigación de las causas que generaron el enorme agujero de 36,5 metros de diámetro en la comuna de Tierra Amarilla, a unos 665 kilómetros al norte de la capital chilena.
La sobreextracción fue calificada de grave, mientras que la modificación de la infraestructura minera sería ‘gravísima’ ya que habría generado un daño ambiental irreparable en un acuífero. Además se formularon dos cargos leves.
La empresa arriesga multas por el equivalentes a más de 13 millones de dólares, así como a la clausura o revocación de su permiso ambiental.
“En este momento estamos haciendo los análisis correspondientes (de la decisión de la SMA). La empresa está convencida, con base en los datos recopilados y analizados hasta el momento, que múltiples factores influyeron en la formación del socavón en el terreno de nuestro sitio, siendo la actividad minera uno relevante”, dijo la empresa en un comunicado.
“Minera Ojos del Salado ha actuado con responsabilidad y decisión para mitigar los posibles efectos del socavón aparecido en su propiedad, en la comuna de Tierra Amarilla, en espera y sin perjuicio de los posibles hallazgos del informe final de las autoridades sectoriales sobre el origen del evento”, agregó.
La canadiense posee un 80% de la propiedad, mientras que el 20% restante está en manos de las japonesas Sumitomo Metal Mining y Sumitomo Corporation.
Con información de la Agencia Reuters.