Doce países pidieron el miércoles en la cumbre del Amazonas en Brasil que las naciones desarrolladas cumplan con sus obligaciones de financiamiento climático y contribuyan con 200.000 millones de dólares por año para 2030 en fondos para promover la biodiversidad.
La declaración conjunta “Unidos por nuestras selvas” fue firmada por Bolivia, Brasil, Colombia, República Democrática del Congo, Ecuador, Guyana, Indonesia, Perú, República del Congo, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.
La Amazonía, la cuenca del Congo y el Sudeste Asiático albergan las mayores selvas tropicales del mundo, ecosistemas fundamentales que absorben dióxido de carbono y albergan una enorme diversidad de especies.
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, convocó la Cumbre Amazónica de esta semana en un intento de forjar un frente unido entre las naciones con selvas tropicales cuando participen en negociaciones internacionales como la cumbre climática COP28 de las Naciones Unidas de este año.
“Vamos a la COP28 con el objetivo de decirle al mundo rico que si quieren preservar efectivamente la selva que existe, tienen que pagar dinero no sólo para cuidar de la cubierta, sino para cuidar de la gente que vive debajo de ella”, dijo Lula el miércoles.
En la declaración conjunta, los países pidieron que se desarrollen mecanismos de financiación para que el mundo pague por los servicios críticos que prestan los bosques.
También expresaron su preocupación por el hecho de que las naciones más ricas no hayan cumplido su promesa de proporcionar 100.000 millones de dólares anuales en financiación para el clima a los países en desarrollo.
Además, hicieron un llamamiento a las naciones desarrolladas para que cumplan el compromiso existente de aportar 200.000 millones de dólares anuales para la preservación de la biodiversidad.
Los países también condenaron el uso de restricciones comerciales que, según ellos, se disfrazan de medidas medioambientales, en alusión a la aprobación por la Unión Europea de una ley que prohíbe a las empresas importar productos relacionados con la deforestación.
El pacto del miércoles se basa en un acuerdo alcanzado un día antes por los ocho países amazónicos, que fue criticado por algunos ecologistas por no garantizar el compromiso de acabar con la deforestación para 2030.
Lula, expresidente en dos ocasiones y que durante mucho tiempo ha tratado de construir bloques multilaterales con países menos desarrollados, ha pedido en repetidas ocasiones a los países industrializados que cumplan sus compromisos de financiar acciones contra el cambio climático en los más pobres, que apenas han contribuido al calentamiento global.
En la cumbre del clima del año pasado, Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia acordaron formar una alianza para presionar a los países ricos para que paguen por la conservación. La inclusión de la República Democrática del Congo en la cumbre marca una ampliación gradual de la cooperación.
Fuente: Reuters
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