Los cultivos de la marca de chocolates Paccari “respetan al hombre, a la naturaleza y al medioambiente”, ha asegurado su fundador Santiago Peralta, quien ha explicado que la empresa ha puesto en marcha desde sus inicios “medidas que respetan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas”.
Paccari es un producto de Ecuador que nació con la idea de “dar un valor agregado” a la producción de chocolate, es decir, pensando en “realizar un cambio en las formas esclavizantes tradicionales” del cultivo del cacao que proporcionan “3,500 agricultores” de la materia prima a la marca, explicó Peralta en el marco del Día del Cacao.
Para conseguirlo, los productores del chocolate Paccari han “estrechado” las relaciones humanas con los agricultores “a los que se ha llegado a pagar hasta 17 veces más” el valor que fija el precio de la bolsa donde se cotiza este fruto o “del 5% o 6% que paga el comercio justo”, dándole al cacao un “trato estable”.
En Ecuador -ha dicho- iniciamos una “revolución ética” en este tipo de cultivos, en relación con otros en el mundo como en Ghana, Costa de Marfil e Indonesia, donde “existen siete millones de personas que viven en la indigencia y 200,000 niños esclavizados”, o con mujeres que “trabajan gratis” en esta actividad “como en Indonesia”.
Así, en el 2021, fue declarado el “chocolate más ético en el Reino Unido”, con una calificación de 18.5 sobre 20 y muy por delante de marcas conocidas mundialmente.
Además, para facilitar la incorporación de mujeres agricultoras a la actividad del cacao, Paccari redujo el peso de los sacos de transporte del fruto a 20 kilos de los 66 que pesa el estándar y que data de 1800 “herencia de la esclavitud”.
En cuanto a la sostenibilidad del cultivo de cacao, ha explicado el fundador de la empresa familiar Paccari que “no es un monocultivo” porque en las parcelas se cultivan además otras especies de frutas o maderables y no se utilizan pesticidas ni fertilizantes que contaminan el suelo y las fuentes de agua, generando “un ahorro de medio millón de dólares en esos productos”.
Asimismo, los cultivos del cacao, “un alimento noble”, se realizan con técnicas biodinámicas de la agricultura regenerativa, es decir pensando en la fertilidad de la tierra.
Todos estos aspectos incrementan los ingresos de las aproximadamente 15,000 personas que conforman las familias de los 3,500 agricultores que cultivan extensiones de entre media y cinco hectáreas de media, y que han formado “pequeñas cooperativas”, con un precio del cacao que les permite “salir de la pobreza histórica y heredada por generaciones, del hambre, tener bienestar y salud, acceso a la educación, al agua, a la energía, a un trabajo decente y crecimiento económico, así como reducir las desigualdades”.
Peralta ha recordado que entre otros programas puestos en marcha desde Paccari está el de los filtros de agua, que permite a las familias contar con un recurso limpio para beber o el de 3,000 linternas solares para evitar la utilización de las pilas, que terminan “contaminando el agua y el suelo”.
El fundador del proyecto Paccari ha explicado que el objetivo de la marca es la innovación del producto, con un “proceso cuidadoso desde su cultivo hasta su tratamiento”, con sus propias maquinarias, y la utilización de frutos locales y algunos importados, pero evitando la utilización de la leche en la elaboración de la extensa variedad de chocolates para reducir la huella del carbono de la ganadería vacuna, que supone el “60% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.
“Podríamos ser tres veces más grandes, ganar US$ 12 millones más al año si vendiésemos chocolate con leche, pero hay que ser coherentes”, ha asegurado.
Desde hace 20 años, “ha sido un proceso lento, propio, de prueba, error” para aprovechar la gran diversidad de variedades de cacao que existen en los territorios tropicales ecuatorianos de la Amazonía y el litoral.
Esto ha supuesto para los chocolates Paccari “recibir 376 premios, nueve años seguidos como el mejor chocolate del mundo”, con reconocimientos internacionales “incluidos los de Naciones Unidas por el primer empaque biodegradable antes de la pandemia”, que reconocen su producción sostenible y el cumplimiento de los ODS.
Peralta ha subrayado que el 65% de cacao fino del mundo se produce en Ecuador con 36 diferentes variedades, gracias a la ubicación del país en la mitad del globo terráqueo, un aspecto que intenta que se conozca de “forma directa, con una producción propia y que se exporta a 42 países”.