Francia planea gastar millones de euros en convertir el vino en alcohol industrial para productos farmacéuticos y cosméticos con el fin de drenar un enorme excedente, precisó el ministerio de Agricultura.
Francia, segundo productor mundial de vino después de Italia, es conocida desde hace tiempo como una nación de aficionados al vino.
Pero los viticultores de la región suroccidental de Burdeos afirman que el exceso de producción y la caída del consumo interno de sus marcas más asequibles llenó sus bodegas y los dejó sin lugar para almacenar los frutos de su próxima cosecha.
El ministerio de Agricultura anunció el lunes que destinará hasta 160 millones de euros (US$ 170 millones) a la destilación de esta bebida alcohólica para obtener alcohol industrial.
En Burdeos, el viticultor Didier Cousiney afirmó que, repartida por todo el sector, esa cantidad sólo alcanzaría para ayudar a cada pequeña empresa durante un par de meses.
Tenemos “24 meses de retraso en nuestras bodegas”, dijo.
Los sindicatos agrarios de la región de Burdeos, que protagonizaron varias protestas, quieren una compensación a cambio del “arranque de la tierra” de parte de sus viñedos. Esto ayudaría a reducir la producción y permitiría a los viticultores utilizar el espacio para otras actividades.
Cousiney y otros viticultores calculan que es necesario arrancar al menos 15,000 hectáreas de viñedos (una superficie equivalente a 21,000 campos de fútbol) en toda la región para que la situación cambie. Piden una indemnización de 10,000 euros (US$ 10,720) por hectárea.
El gobierno patrocinó la destilación por última vez en el 2020, después de que los confinamientos mundiales debido al COVID-19 provocaran el cierre de restaurantes y bares, y la caída de las exportaciones de vino francés.
Se calcula que alrededor de medio millón de personas trabajan en la industria del vino en Francia, según la comisión nacional interprofesional del vino.
Si no se hace nada, “tememos que entre 100,000 y 150,000 puestos de trabajo se vean amenazados en la próxima década”, advirtió en diciembre el responsable de la comisión, Bernard Farges.
Las ventas de vino tinto en los supermercados franceses cayeron 15% el año pasado, según la asociación general de viticultura. El vino blanco y el rosado se vieron menos afectados, registrando descensos en torno al 3% y 4%.
Jérôme Despey, viticultor y secretario general del sindicato agrícola FNSEA, afirmó que esta situación refleja una tendencia más general. Hace 70 años, los franceses bebían una media de 130 litros de vino al año, pero en la actualidad esa cifra se redujo a unos 40 litros.
(Con información de AFP)