Los trabajadores sindicalizados de una planta de General Motors (GM) en México rechazaron en una votación el contrato colectivo vigente, informó la Secretaría del Trabajo, el primer gran desafío para el nuevo tratado comercial de América del Norte, TMEC.
La histórica votación, celebrada en la fábrica de GM en la ciudad central Silao entre el martes y el miércoles, fue vista por los empleados como una forma de sacudirse el yugo del sindicato que, según ellos, protegía los intereses de la empresa sobre los suyos propios.
De los 5,876 trabajadores que acudieron a las urnas, 3,214 votaron para rechazar el actual contrato laboral mientras que 2,623 personas votaron por mantenerlo, dijo la Secretaría del Trabajo en un comunicado.
La consulta “contribuirá al desarrollo de futuros procesos de democracia sindical en el país”, afirmó la dependencia, que accedió a interceder después de una votación inicial en abril que se vio empañada por problemas que incluían boletas destruidas, lo que ocasionó una queja de Estados Unidos.
“Una gran tranquilidad el saber que ya no estamos atados a este sindicato”, dijo a Reuters un empleado que lleva en la empresa 25 años, que alcanzó el nivel salarial máximo para su puesto hace tiempo y que pidió mantener bajo reserva su nombre por temor a represalias.
La planta, situada en el estado central Guanajuato, es un eje de la estrategia en camionetas pickup de la compañía en Norteamérica y produjo alrededor de 339,000 unidades Chevrolet Silverado y GMC Sierra en el 2019, más de un tercio del total de las 906,000 que comercializó la empresa.
La votación abre la puerta para que los trabajadores busquen una nueva representación sindical y ha puesto a prueba las reglas laborales del TMEC, que rige desde julio del 2020 entre Canadá, Estados Unidos y México, y que reemplazó al TLCAN, que estaba vigente desde 1994.
Entre otras cosas, el TMEC busca fortalecer a los sindicatos y aumentar los salarios en el país latinoamericano, en parte para desincentivar el traslado de puestos de trabajo desde el vecino del norte hacia el otro lado de su frontera sur.
“Por primera vez tendríamos a los trabajadores decidiendo y discutiendo sobre su futuro laboral, sobre sus condiciones de trabajo”, señaló a Willebaldo Gómez, un investigador del grupo de derechos laborales mexicano CILAS.
Pese a todo, el voto en GM es sólo el primer paso en lo que puede ser un largo camino para que los trabajadores establezcan un nuevo sindicato.
“El otro triunfo es construir una organización sindical independiente, una organización que vele por sus intereses, que vele por sus derechos”, agregó Gómez.