El peso mexicano lideró las pérdidas entre sus principales pares el martes después de que un comité clave del Congreso aprobara el plan completo del presidente Andrés Manuel López Obrador para reformar el sistema judicial del país, un cambio que inversionistas ven como una amenaza al Estado de derecho en el país latinoamericano.
Los operadores han estado apostando a que los cambios —que incluyen la exigencia de que todos los jueces federales sean elegidos por voto popular, en lugar de designados— se aprobarán dado que el partido Morena de AMLO ganó las elecciones legislativas de manera aplastante en junio. Sin embargo, la rapidez con la que se aprobó el texto a nivel de comité tomó a algunos por sorpresa.
“Todavía había cierta incredulidad”, dijo Marco Oviedo, estratega de XP Investimentos en São Paulo. “La expectativa es que podría haber habido cierta dilución y eso no sucedió”.
Mientras que el partido Morena de AMLO dice que las nuevas reglas tienen como objetivo erradicar la corrupción en el sistema, los críticos argumentan que socavarán la independencia judicial y erosionarán los controles sobre el poder del partido gobernante. Los trabajadores judiciales lanzaron huelgas a nivel nacional contra la propuesta la semana pasada, mientras que el embajador estadounidense Ken Salazar advirtió que representaría un “riesgo importante” para la democracia y facilitaría que los cárteles de la droga se infiltraran en el poder judicial.
El debate en la Cámara Baja podría comenzar la semana que viene, cuando el nuevo Congreso tome posesión de su cargo, y tendría que ser aprobado por una mayoría de dos tercios en ambas cámaras.
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El plan es una prioridad para AMLO, quien entregará las riendas a su sucesora, Claudia Sheinbaum, en octubre. Las últimas semanas de su sexenio coinciden con las del Congreso elegido en junio, cuando la abrumadora victoria de su partido generó incertidumbre entre los inversionistas luego de que casi consiguiera una supermayoría en la legislatura.
“Existe preocupación por el deterioro de las instituciones”, dijo Erick Martínez Magaña, estratega de Barclays Plc. “El ruido continuará en las próximas semanas, pero al final esperamos que vuelva a cotizar en línea con los fundamentos macroeconómicos globales”.
El peso se hundió un 1.4% a 19.67 por dólar, el nivel más bajo en tres semanas y se convirtió en la moneda principal con peor desempeño del mundo. Es la última caída de lo que se ha vuelto una caída en picada para el peso, que ha perdido más del 13% frente al dólar desde la elección. La masiva venta de las llamadas operaciones de carry trade y la incertidumbre sobre la economía estadounidense también están afectando al peso.
El cambio ha sido radical para la moneda, cuya incesante fortaleza en los últimos años disuadió operadores de apostar en su contra. Las tasas de interés récord en México, la prudencia fiscal y la ausencia de incertidumbre política habían impulsado a la moneda a máximos de varios años.
Ahora, los analistas dicen que es hora de deshacerse de los activos mexicanos. Morgan Stanley rebajó este mes la calificación de las acciones del país a “underweight” citando las reformas. Los estrategas de Citigroup y Goldman Sachs cerraron posiciones alcistas sobre la moneda la semana pasada, mientras que Goldman dijo que no hay un catalizador a corto plazo para el peso.
El peso “necesita una revalorización a un nivel que incorpore un conjunto de riesgos que exige la situación política actual”, dijo Luis Estrada, analista de RBC en Toronto.
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