La canciller alemana Angela Merkel dio el miércoles un espaldarazo al socialdemócrata Olaf Scholz al felicitarle por su victoria en las elecciones legislativas, mientras parece cada vez más probable una alianza entre el centroizquierda, los verdes y los liberales.
La canciller, que se prepara para retirarse de la política tras 16 años en el poder, habló por primera vez desde la histórica derrota de su formación el domingo, en una breve declaración.
Felicitó a Olaf Scholz, líder del centroizquierda y vicecanciller del Gobierno saliente, “por su éxito” en las elecciones legislativas, en las que el Partido Socialdemócrata (SPD) quedó ligeramente por delante de la unión conservadora CDU/CSU, con el 25,7% de los votos.
Estas felicitaciones fueron enviadas el lunes, el día después de las elecciones, dijo su oficina de prensa.
Este miércoles Armin Laschet también le felicitó, según fuentes anónimas de su partido.
Pero Laschet sigue queriendo formar gobierno, con el apoyo de los liberales y los verdes.
Bajo presión
Desde las elecciones, las críticas van en aumento entre las filas de los conservadores por el empecinamiento de su líder en querer liderar una coalición, a pesar de que el centroderecha solo ha conseguido el 24.1% de los votos, quedando en segundo lugar y con un descenso de casi 9 puntos respecto al 2017.
Merkel tomó sus distancias el miércoles, un día después de que el impopular Laschet ya fuera más o menos abandonado por sus aliados bávaros.
“Olaf Scholz tiene más posibilidades de ser canciller en este momento, claramente”, dijo su líder Markus Söder.
Pero Laschet, un nativo de Renania conocido por su tenacidad, no quiere ceder.
El martes, en una reunión de su grupo parlamentario, se disculpó por el decepcionante resultado electoral, pero al mismo tiempo reafirmó que “nadie tenía derecho a declararse el principal ganador”, según varios medios alemanes.
Cada vez son más los observadores que dudan de que pueda aguantar mucho más tiempo.
“No creo que Armin Laschet sobreviva esta semana”, dijo el vicepresidente del FDP, Wolfgang Kubicki. “La presión está aumentando”, aseguró.
Por su parte, los socialdemócratas reiteraron su llamamiento a formar rápidamente una coalición con los Verdes y el FDP, que obtuvieron el 14.8% y el 11.5% de los votos respectivamente.
Las dos formaciones “deberían ser lo suficientemente prudentes como para aceptar nuestra oferta de iniciar rápidamente conversaciones exploratorias” con vistas a una alianza, dijo Rolf Mützenich, reelegido jefe del grupo parlamentario del SPD el miércoles.
Superar las diferencias
Los líderes de los Verdes y del FDP, los que más influencia tendrán en la formación de un gobierno, se reunieron el martes por primera vez desde las elecciones para identificar posibles puntos de acuerdo, con vistas a negociar después con la CDU o, más probablemente, con el SPD.
La reunión quedó inmortalizada por un selfi, publicado en Instagram, de los cuatro participantes, los colíderes de los ecologistas Robert Habeck y Annalena Baerbock, el líder del FDP Christian Linder y su secretario general Volker Wissing.
El mensaje parece ser claro: se sienten capaces de “superar sus diferencias”, especialmente en cuestiones presupuestarias y fiscales.
Los liberales se oponen a cualquier restablecimiento del impuesto sobre las grandes fortunas que defienden los Verdes, pero también el SPD.
A esta primera toma de contacto oficial le seguirá otra reunión más amplia el viernes, anunciaron los dos pequeños partidos.
Y el domingo comenzarán las primeras negociaciones, tanto con la unión conservadora como con el SPD.
Los liberales intentan no revelar sus preferencias, aunque estén ideológicamente más cerca del centroderecha.
Lo contrario de Annalena Baerbock. “Hemos recibido un contrato claro para la renovación de nuestro país”, dijo el miércoles, y explicó que los Verdes daban por tanto prioridad “en primer lugar” a las conversaciones con el FDP y el SPD.