El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó el viernes un plan de inversión en infraestructura por US$ 350,000 millones diseñado para impulsar la economía de Brasil y poner en marcha una transición verde.
El líder de izquierda, que regresó a la presidencia de Brasil en enero con la promesa de restaurar la prosperidad económica y priorizar el desarrollo sostenible, promocionó el plan como una pieza central de su presidencia.
“Mi tercer mandato como presidente comienza hoy”, dijo Lula, quien anteriormente dirigió Brasil de 2003 a 2010, durante un evento de lanzamiento del programa en Río de Janeiro. “El crecimiento será correcto, rápido y sostenible”.
El Gobierno estima que el plan creará 4 millones de empleos y apunta a hacer la mayor parte de sus inversiones, US$ 264,000 millones, para el final de su mandato en 2026, aunque no dijo cuánto de ese total provendría de fondos públicos.
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Los aliados de Lula han descrito la iniciativa como una versión brasileña de los esfuerzos del presidente estadounidense, Joe Biden, para estimular la economía de su país con aproximadamente US$ 1 billón en nuevos proyectos de infraestructura e iniciativas de energía limpia.
La propuesta lleva el mismo nombre de un plan que Lula creó en 2007: Plan de Aceleración del Crecimiento, o PAC. Esta vez, sin embargo, el Gobierno dice que se centrará más en un desarrollo más ecológico junto con las inversiones en infraestructura tradicional.
Se basará en una combinación de fondos federales, concesiones y asociaciones público-privadas para ayudar a financiar una combinación de proyectos de transporte, saneamiento y transición ecológica. Alrededor de US$ 220,000 millones provendrán de fondos públicos, y el sector privado aportará US$ 125,000 millones adicionales, según un comunicado oficial.
Los proyectos de transición energética recibirán un total de US$ 110,000 millones.
A pesar de su alcance, el PAC no impedirá que el Gobierno reduzca a cero el déficit presupuestario de Brasil en 2024 como lo prometió, dijo el ministro de Hacienda, Fernando Haddad. Todas las inversiones públicas del plan se ajustarán a los límites de gasto establecidos por un nuevo marco fiscal que el Congreso de Brasil está finalizando.
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Los elementos del plan, dijo Haddad en Río, son parte de un esfuerzo mayor para comenzar una “transformación ecológica” de la economía de Brasil que también incluirá nuevas regulaciones para los mercados de carbono y la emisión de bonos verdes. El Gobierno se está preparando para realizar la primera venta de bonos sostenibles del país a finales de este año.
El conjunto de propuestas hará que Brasil sea más atractivo para inversionistas y al mismo tiempo ayudará a Lula a cumplir sus promesas de combatir la pobreza, dijo Haddad.
Lula busca lograr un equilibrio entre el desarrollo económico y su agenda verde en la parte inicial de su presidencia, especialmente en medio de un enfrentamiento entre su principal agencia ambiental y la compañía petrolera estatal de Brasil, Petróleo Brasileiro SA, sobre sus planes de exploración en una región marina de sensibilidad ecológica.
Petrobras, como se conoce al gigante petrolero estatal, aportará US$ 66,000 millones al programa, dijo el director ejecutivo, Jean Paul Prates.
La compañía, que jugó un papel destacado en el PAC original, tiene un plan estratégico de cinco años de US$ 78,000 millones y está considerando un aumento para el período entre 2024 y 2028. Planea destinar hasta el 15% de sus inversiones totales a proyectos bajos en carbono.
El Nuevo Banco de Desarrollo —una institución creada por el bloque BRICS de naciones de mercados emergentes que incluye a Brasil— contribuirá con US$ 2,700 millones en financiamiento para proyectos sostenibles, dijo Aloizio Mercadante, jefe del banco nacional de desarrollo de Brasil.
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