Las manifestaciones resisten las vacaciones y siguen vigentes en Chile
Las manifestaciones resisten las vacaciones y siguen vigentes en Chile

En pleno febrero, mes elegido por gran número de chilenos para tomar vacaciones estivales, los manifestantes volvieron este viernes a las calles del centro de Santiago de Chile, manteniendo vigente una revuelta social que cobró vida en octubre.

En menos cantidad que otros viernes, pero manteniendo a miles de personas en la Plaza Italia -epicentro de la revuelta en la capital chilena-, miles de personas corearon consignas contra el gobierno del derechista Sebastián Piñera, en un clima mayoritariamente festivo, cargado de música y bailes.

En los alrededores a la plaza, la autodenominada 'Primera línea' -grupo en su mayoría formado por jóvenes que encapuchados se enfrentan a la Policía-, volvieron a protagonizar encontronazos con Carabineros, constató la AFP.

En esa zona, un incendio afectó el museo de Violeta Parra, fallecida cantaoutora ícono de la cultura popular chilena, pero fue controlado con rapidez por ocho carros de bomberos.

Tampoco faltaron los gases lacrimógenos y se repitió la presencia de barras bravas de fútbol, enardecidos por la muerte hace dos semanas de un hincha de Colo Colo muerto al ser atropellado por un móvil policial

La muerte del hincha llevó la violencia al fútbol, provocando incidentes en estadios durante duelos del torneo local y en el partido disputado el martes entre la Universidad de Chile e Internacional de Porto Alegre, que terminó en empate sin goles por la ida de segunda fase de Copa Libertadores.

Queremos "que las manifestaciones sigan. No se ha solucionado nada (...) queremos justicia, no más impunidad" de las fuerzas de seguridad, dijo a la AFP Soledad Torres, una profesora que se sumó a la protesta.

Lo que comenzó con manifestaciones estudiantiles, el 18 de octubre se transformó en el estallido social más intenso en décadas.

Con una treintena de muertes, miles de detenidos y casi 400 heridos oculares graves -al menos dos con ceguera total-, la protesta continúa pese al acuerdo político alcanzado para llevar a plebiscito en abril la decisión de cambiar o no la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Las protestas son apoyadas por más del 60% de la población, según encuestas recientes. Sin embargo, la mayoría rechaza la violencia.

Los ataques a comisarias y a móviles policiales generaron un movimiento en redes sociales de apoyo a los Carabineros, con convocatorias a juntarse en los barrios de mayor nivel adquisitivo que por ahora han tenido muy baja participación.

Piñera busca calmar los ánimos dando impulso a una agenda social que incluye cambio en sistema de pensiones y salud, entre otros, con el fin de avanzar en alcanzar una mayor equidad en la población en línea con el reclamo popular.