El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, respondió al ultimátum de Rusia para entregar Mariúpol. (HANDOUT / UKRAINE PRESIDENCY / AFP).
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, respondió al ultimátum de Rusia para entregar Mariúpol. (HANDOUT / UKRAINE PRESIDENCY / AFP).

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, rechazó los “últimatums” planteados por Rusia, que defendió su bombardeo contra un centro comercial de la capital, Kiev, que mató a ocho personas.

Ucrania no puede aceptar ningún ultimátum de Rusia. En primer lugar, habrá que destruirnos a todos, únicamente entonces se respetarán sus ultimátums”, declaró Zelenski al portal de información ucraniano Suspilne, rechazando las exigencias de Moscú.

Rusia quiere que se rindan las ciudades de Járkov (noreste), Mariúpol (sureste) o Kiev, la capital, subrayó el jefe del Estado ucraniano.

Pero “ni los habitantes de Járkov, ni los de Mariúpol, ni los de Kiev, ni yo, el presidente, podemos hacerlo”, puntualizó.

Ademas, matizó, cualquier “compromiso” que se alcance en las negociaciones con Rusia, deberá ser sometido a un “referéndum” en Ucrania.

En paralelo Ucrania llamó a China, a “desempeñar un papel importante” para poner fin al conflicto.

Objetivo clave

El mando militar del Kremlin había advertido a las autoridades de Mariúpol (sureste) que tenían hasta “las 5 de la mañana (...) del 21 de marzo” para responder a ocho páginas de demandas, que según responsables ucranianos equivaldrían a una capitulación.

Como Zelenski, la vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk rechazó el ultimátum y dijo que Moscú debería, en cambio, permitir que los residentes atrapados puedan salir.

Los defensores de Mariúpol han “desempeñado un enorme papel en la destrucción de los planes del enemigo y en la mejora de nuestra defensa”, dijo el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov.

Hoy Mariúpol está salvando a Kiev, Dnipro y Odesa. Todo el mundo debe entenderlo”, aseguró.

Allí, casi 350,000 personas están atrapadas sin agua ni electricidad. La localidad está siendo bombardeada por las tropas rusas desde hace casi un mes.

Mariúpol es un objetivo clave en la guerra del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania porque constituye un puente terrestre entre las fuerzas rusas en Crimea al suroeste y el territorio controlado por Rusia, al norte y al este.

Centro comercial bombardeado

El lunes, las bombas rusas alcanzaron de nuevo varios objetivos, entre ellos un centro comercial en Kiev, causando la muerte a al menos ocho personas, según la fiscalía general.

Los reporteros de la AFP vieron seis cadáveres cubiertos por sábanas negras tendidos en el suelo en el centro comercial Retroville.

Un sacerdote ortodoxo que caminaba entre los restos murmuraba oraciones mientras maldecía a los “terroristas rusos”.

Mi apartamento tembló con la fuerza de la explosión, pensé que el edificio se derrumbaría”, dijo Vladimir, de 65 años y que habita en las inmediaciones.

Rusia dijo que atacó el centro comercial con “armas de precisión de largo alcance” porque el edificio “no estaba operativo” y se utilizaba como almacén de armamento.

En el norte, las autoridades instaron a los residentes de Novoselytsya a refugiarse tras una “fuga” de amoníaco en una planta química cercana, en medio de intensos combates en la zona.

En Jersón, una ciudad del sur ocupada por las fuerzas rusas, una manifestación fue dispersada por los militares con disparos de armas automáticas y gases lacrimógenos, dejando al menos un herido.

Y a las víctimas de la guerra se sumó también Boris Romantschenko, de 96 años, un hombre que había sobrevivido a varios campos nazis y que murió en el bombardeo de su edificio en Járkov, informó el lunes la Fundación Alemana para los Monumentos de Buchenwald y Mittelbau-Dora.

Sanciones

Lejos de los frentes, los líderes de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Alemania e Italia volvieron a mantener conversaciones urgentes sobre la guerra.

En una reunión separada, los ministros de Exteriores de la Unión Europea estudiaban en Bruselas nuevas sanciones contra Rusia.

Algunos miembros del bloque están presionando para que se imponga un embargo sobre el petróleo y el gas rusos, pero Alemania lo rechaza, advirtiendo que podría provocar inestabilidad social.

El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, advirtió por su lado que un “embargo así tendría una influencia muy seria en el mercado mundial del petróleo, una influencia negativa en el mercado energético de Europa”, dijo

Sube el petróleo

Los precios del petróleo, ya disparados por el conflicto en Ucrania, volvieron a subir el lunes, superando incluso los 110 dólares el barril.

Esta cuestión estará sobre la mesa en una cumbre de la Unión Europea el jueves en Bruselas y a la que también asistirá el presidente Joe Biden.

El líder estadounidense también participará en una cumbre de la OTAN y en las conversaciones del G7, antes de viajar el viernes a Polonia, que acoge a más de dos millones de ucranianos que huyeron de la guerra.

Este lunes, Biden llamó a las empresas a protegerse de posibles ataques informáticos cometidos por Rusia en respuesta a las sanciones.

Biden fue severamente criticado por Rusia luego que el presidente norteamericano calificara a Vladimir Putin como “criminal de guerra”.

Este tipo de declaraciones del presidente estadounidense, que no son dignas de un político de alto rango, han puesto las relaciones ruso-estadounidenses al borde de la ruptura”, dijo el Ministerio de Exteriores en un comunicado.

En Rusia, un tribunal prohibió el lunes Facebook e Instagram por considerar que realizan actividades “extremistas”, una medida que refuerza el intento de Moscú de controlar la información sobre la ofensiva en Ucrania.

Las condiciones humanitarias siguen deteriorándose en el sur y el este de Ucrania, de mayoría rusófona, así como en el norte, alrededor de Kiev.

En total alrededor de 10 millones de ucranianos han huido de sus hogares, y aproximadamente un tercio se ha ido al extranjero, según la agencia de la ONU para los refugiados.

Las repercusiones de la guerra se extienden más allá de la región y se teme una hambruna en algunas partes del mundo, ya que tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de productos agrícolas.

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