Una mujer nómada lleva un niño en su espalda a través de un rebaño de cabras pashmina en su asentamiento en el valle de Kharnak, Jammu y Cachemira, India. (Foto: Bloomberg)
Una mujer nómada lleva un niño en su espalda a través de un rebaño de cabras pashmina en su asentamiento en el valle de Kharnak, Jammu y Cachemira, India. (Foto: Bloomberg)

El mundo se encamina hacia una escasez de la lana de cachemira ya que las cabras pashmina que viven en el “techo del mundo” quedan atrapadas en la disputa fronteriza entre y .

La lana de cabras pashmina, criadas por nómadas en la inhóspita región del desierto frío de Ladakh, es la cachemira más cara y codiciada del mundo.

Pero los animales que proporcionan esa lana están siendo expulsados de sus tierras de pastoreo, consecuencia de la lucha entre las dos naciones más pobladas del mundo, causando la muerte de decenas de miles de ejemplares, dijeron residentes y funcionarios.

En unos tres años, cuando las cabras recién nacidas lleguen a la edad de la primera esquila, "veremos una caída significativa en la producción", dijo Sonam Tsering, de la Sociedad Cooperativa de los Criadores de Pashmina en Changtang.

Tsering dijo que tierras tradicionalmente utilizadas para pastoreo se pierden cada año a manos chinas. Este año incluso las principales áreas de pastoreo de invierno cerca de KakJung, Tum Tselay, Chumar, Damchok y Korzok están fuera del alcance de los criadores a raíz de las tensiones, agregó.

Ya se ha registrado roces entre soldados chinos e indios en una frontera de 3,500 kilómetros que nunca se ha delimitado adecuadamente.

El más reciente está en la región de Ladakh, justo enfrente del Tíbet, donde funcionarios indios afirman que las tropas chinas invadieron el límite en las últimas semanas.

Sin embargo la cancillería china indicó este miércoles que se logró un "consenso positivo" con India luego de una "efectiva comunicación" a través de canales diplomáticos y militares.

"Es devastador. El EPL (Ejército Popular de Liberación de China) solía invadir los terrenos metro a metro, pero esta vez han recorrido varios kilómetros", dijo Jurmet, un ex funcionario local que solo tiene un nombre.

"Era la temporada de reproducción de las cabras. Alrededor del 85% de sus recién nacidos murieron este año porque grandes manadas fueron expulsadas al frío de las tierras de pastoreo (en febrero)", dijo desde Leh, la capital de la región.

Media docena de residentes que sobreviven del pastoreo de cabras con quienes AFP habló dijeron que hasta hace unos años cruzarían el río Indo congelado para pastar durante el invierno, pero esas áreas ahora estaban siendo invadidas por China.

Mientras tanto, comunicarse con los pastores, cuyos teléfonos satelitales provistos por funcionarios indios han sido retirados en los últimos años, se ha vuelto difícil, dijo Jurmet.

Industria vital

La muerte de animales -decenas de miles, según un funcionario indio local que habló con AFP bajo condición de anonimato- podría devastar el sector en los próximos años.

Las cabras producen unas 50 toneladas de la lana de cachemira ligera y fina más cara cada año, apoyando a la industria de artesanías que emplea a miles de personas.

La mayor parte de la lana está tejida en hilo y exquisitos chales vendidos en todo el mundo desde la tienda de lujo Harrods en Londres hasta el Dubai Mall en los Emiratos Árabes Unidos, por precios que pueden ascender hasta los US$ 800 por una bufanda.

Más de 1,000 familias de pastores nómadas de Changpa deambulan por la vasta meseta de Changtang a más de 5,000 metros pastando unas 300,000 cabras pashmina, yaks negros y caballos durante los meses de verano.

Se trasladan a las tierras de pastoreo de altitud ligeramente más baja que se extienden a horcajadas sobre el Tíbet y a lo largo del río Indo durante los duros meses de invierno de diciembre a febrero, cuando las temperaturas caen hasta -50 grados Celsius.

Las tensiones militares son el más reciente golpe para los pastores, quienes se esfuerzan para superar el impacto del cambio climático, que ha hecho que los inviernos sean más duros y los veranos más secos.

Algunos incluso han abandonado su estilo de vida de generaciones para emigrar a las ciudades de Ladakh en busca de otras fuentes de ingresos.

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