Diversas compañías de energía renovable mantienen paralizados millonarios proyectos en Argentina debido a la crisis financiera que hace más de un año azota al país y a la incertidumbre que genera en el sector la inminente asunción de un Gobierno de centroizquierda.
La energía limpia es uno de los sectores que más ha crecido en los últimos años en el país, donde ha pasado de ser prácticamente inexistente a representar casi el 9% del total de la matriz, gracias a los beneficios fiscales que le ha otorgado el actual presidente neoliberal, Mauricio Macri.
Sin embargo, esos beneficios se han visto diluidos por las medidas que Macri ha tomado para lidiar con la crisis argentina y por los temores a una mayor intervención estatal sobre la economía con la llegada del peronismo al poder, que asumirá en diciembre.
Las inversiones prácticamente se han detenido en un sector que en los últimos años volcó US$ 4,500 millones en el país.
"El programa era iniciar antes de fin de año la construcción, pero con la incertidumbre actual nos hemos visto obligados a ajustar varios detalles", dijo Ramiro Marquesini, gerente regional de Verano Capital, respecto del parque solar que había planeado desarrollar la empresa.
Vecaso es el nombre del proyecto de 115 MW de potencia y US$ 90 millones que la compañía estaba preparada para comenzar a construir en la provincia de occidental de Mendoza. Sin embargo, Marquesini dijo que el descalabro económico argentino afectó la rentabilidad del parque.
Con una inflación anual de más de 50%, una economía en recesión y una tasa de interés superior al 60% para contener al inestable peso argentino, Argentina atraviesa una grave crisis financiera que le costó a Macri la derrota en las elecciones de octubre.
La inestabilidad económica también provocó una importante fuga de capitales, a la que el Banco Central (BCRA) contestó con controles cambiarios que morigeraron su flujo, pero que a su vez impactaron en el desarrollo de proyectos.
La nueva regulación indica que las divisas giradas por bancos de desarrollo y entidades financieras a Argentina deben ser convertidas a pesos. Pero con límites a la compra de divisas una vez en el país, estas corren el riesgo de ser devorados por la inflación.
"Lo que hicieron el 100% de los bancos de desarrollo y de las agencias de créditos a las exportaciones fue parar los desembolsos", dijo Gustavo Castagnino, director de Comunicaciones de Genneia, que ha suspendido el desarrollo de 4 parques eólicos por un total de 200 MW.
En una solicitada publicada en periódicos locales en octubre, la Cámara Eólica Argentina afirmó que cerca de US$ 2,000 millones en inversiones previstas no están ingresando a la segunda economía de Sudamérica por las medidas que impuso el Gobierno de Macri para intentar controlar la crisis.
Para Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), la coyuntura está afectando a "uno de los pocos sectores que tuvo inversiones reales en el último tiempo", en particular los proyectos que requieren una gran inversión inicial.
El factor político
En el noroeste argentino, un proyecto de energía solar de la provincia de Jujuy también quedó solo en intenciones, aunque una fuente con directo conocimiento del tema atribuyó su parálisis a la incertidumbre que genera el traspaso de Gobierno, que a partir del 10 de diciembre será conducido por el peronista de centroizquierda Alberto Fernández.
El Proyecto Solar Fotovoltaico Distribuido, de una potencia de 96 MW, requiere una inversión de US$ 100 millones, cuyo financiamiento estaba en estudio por parte del Banco de Inversiones Europeo -65% del total- y la Agencia Francesa de Desarrollo -35% del total-.
Pero el sólido triunfo de Fernández sobre Macri en los comicios de octubre puso paños fríos sobre el desembolso.
"Teníamos el 'sí' informal, pero cuando presentaron el proyecto a sus comités, después de las elecciones, dijeron que esperarían a que las cosas fueran más estables", explicó la fuente que pidió que no se revelara su identidad.
Fernández es considerado un moderado al frente de una coalición peronista de centroizquierda.
Sin embargo, su vicepresidenta será la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, que durante sus dos presidencias entre el 2007 y 2015 aplicó amplias regulaciones sobre la economía, incluyendo el sector energético, lo que ha generado resquemores en los mercados.
El presidente electo aún no ha hecho declaraciones sobre su política respecto de las energías renovables, aunque sí ha propuesto beneficios fiscales para la producción en la formación de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta que, al igual que todo el sector, también ha sido afectada por la crisis.
Un portavoz de Fernández no respondió al pedido de comentarios de Reuters.