El zoológico de Praga se ha sumado a los esfuerzos internacionales para salvar la rana gigante del Titicaca tras haber logrado recientemente su reproducción, un tema que será abordado en la conferencia anual de Conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) este mes en Valencia (España).

Según ha explicado a Efe Petr Velenský, responsable de la cría de reptiles y anfibios del zoo praguense, el objetivo del programa que dirige es criar este anfibio y mantenerlo “entre cinco y diez generaciones”, ante el riesgo de que no se logre recuperar la especie en su hábitat normal, el lago Titicaca.

Los checos se han unido así al esfuerzo colectivo de crear una "colonia de aseguramiento", a partir de veinte ejemplares adultos enviados en febrero pasado desde el Zoo de Denver (EE.UU.), la primera institución del mundo que logró, en el 2017, reproducir en cautividad a al citado anfibio, "Telmatobius culeus", en su nombre científico.

La introdujo en el 2004 a esta rana acuática, la más grande que se conoce, en su Lista Roja de especies amenazadas, pues la considera “en peligro crítico”.

Aunque su consumo está prohibido, la caza y el comercio clandestino de este animal sigue siendo considerable, pues es apreciado desde la época precolombina para la elaboración de diversos platos y jugos supuestamente afrodisíacos.

La población local también lo usa para fines terapéuticos al considerar que fortalece el sistema inmunológico, combate el cáncer y aumenta la potencia sexual.

Otro factor que ha causado estragos en la especie es la elevada contaminación del Titicaca.

Velenský explica que, de momento, no se divisa la posibilidad de devolverlos a su hábitat natural debido al serio deterioro del frágil ecosistema del lago compartido por Bolivia y Perú, que, situado a 3,800 metros de altitud, es el más alto del mundo navegable y una gran atracción turística.

El experto checo considera "irreparables" los daños sufridos por el Telmatobius culeus en el lago andino, el único lugar del planeta donde habita en libertad, debido sobre todo a la extracción ilegal de oro, la introducción de truchas no autóctonas y el uso de nitrógeno en la agricultura.

"La extracción de oro en las cuestas encima del lago se hace con ayuda de mercurio, que se vierte en el Titicaca", lamentó el checo.

Al triste destino de estas ranas ha contribuido también además la cría, desde hace cincuenta años, de varios tipos de trucha no autóctona, un depredador que en un lustro acabó con la población de bogas del lago Titicaca (Orestias cuvieri), que sí eran autóctonas y cuyas larvas servían de alimento a los anfibios.

Y a todo esto se añadió el problema de los residuos de la actividad agrícola, en forma de nutrientes de nitrógeno "que este frágil ecosistema no fue capaz de asimilar", resalta el experto.

El epílogo es que ahora tampoco se pueden tomar truchas del lago, por la cantidad de metales pesados que contiene su organismo y que las hace no aptas para las personas.

"Es la actividad conjunta de estos metales pesados con la actividad agrícola, que hace que el lago esté subvertido y se altere el color del agua y su composición orgánica, y tenga tufo, lo que causó que los animales empezaran a morir en masa", resumió Velenský.

El descenso abrupto de la población de ranas, de las que el ocenoágrofo francés Jacques Cousteau estimó una población de mil millones de ejemplares en 1969, hizo saltar las alarmas a nivel mundial.

"No podemos parar este proceso (de ruptura del ecosistema), el sistema es frágil y ese lastre va a durar generaciones", glosó Velenský la tesitura ecológica que atraviesa el lago.

La EAZA se ha lanzado por eso al salvamento de esta especie de tienen cabeza redonda y cuerpo grande, y una gran extensión de piel por la que absorbe más oxígeno en la elevada altura donde vive.

Además del de Praga, también los zoos de Breslavia (Polonia) y Chester (Inglaterra), así como un ente de investigación londinense, han logrado reproducir la rana gigante del Titicaca, y sus representantes abordarán el futuro del animal en la conferencia de la EAZA que se celebrará del 17 al 21 de este mes en Valencia.

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