El constructor automotor alemán Opel indicó que congelará sus proyectos de expansión en China, en momentos en que Berlín cuestiona su dependencia comercial del mercado chino.
Opel, que pertenece desde 2017 al grupo PSA, que a su vez ha fusionado con Fiat-Chrysler para formar Stellantis, dice “poner de momento en espera su entrada al mercado chino”.
“Debido a los actuales desafíos de la industria automotriz, es más importante que nunca para Opel concentrarse en prioridades claras, a saber la calidad, la rentabilidad, la satisfacción del cliente y la durabilidad”, señaló.
Según el diario económico Handelsblatt “las crecientes tensiones geopolíticas entre los dirigentes comunistas de Pekín, por un lado, y Estados Unidos y la Unión Europea por el otro” han influido en la decisión, así como “las tendencias nacionalistas en China, la draconiana política de cero covid y la escalada del conflicto sobre Taiwán”.
China es el primer socio económico de Alemania y representa un importante mercado para numerosos sectores, en especial el de la industria del automóvil.
“Vamos a aplicar una política comercial más sólida ante China (…), se acabó la inocencia” dijo esta semana el ministro de Economía Robert Habeck en reunión con sus homólogos del G7.