Un grupo bipartidista de personal del Congreso de Estados Unidos planea visitar a funcionarios del gobierno mexicano para discutir las reformas laborales que la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha llamado necesarias para que los demócratas apoyen el reemplazo del TLCAN negociado por la administración del presidente Donald Trump.
Asistentes del Congreso involucrados en la planificación del viaje de la próxima semana aseguran que ayudará a recopilar información sobre la recientemente aprobada reforma a la legislación laboral de México, así como la oposición potencial que algunos temen podría llevar a un retroceso de los cambios este verano.
La visita a Ciudad de México se produce después de que Trump y Pelosi sostuvieran un acalorado intercambio la semana pasada, cuando una reunión de infraestructura en la Casa Blanca no dio resultados y el presidente describió a Pelosi como "un desastre" y dijo que su acuerdo comercial era demasiado complicado para que ella lo entendiera.
Obtener la aprobación
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, ha estado trabajando estrechamente con el grupo de Pelosi para encontrar una manera de avanzar, pero su trabajo a menudo se ve socavado por el hecho de que Trump se involucra públicamente en el proceso, como lo hizo la semana pasada.
La misión a México incluirá asistentes del Senado y la Cámara de Representantes que representan a legisladores demócratas y republicanos.
Un alto asesor del Congreso afirma que es una forma de demostrar que los demócratas están seriamente comprometidos en este proceso y preparados para trabajar con la administración Trump para obtener la aprobación del acuerdo. El asesor señaló que a pesar de la retórica de la semana pasada, Pelosi no canceló el viaje del personal a Ciudad de México, lo que indica su compromiso de dejar que este proceso se desarrolle.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que reemplazará al TLCAN existente, es la prioridad legislativa No. 1 de Trump y una en la que la Casa Blanca ha podido trabajar con un Congreso dividido.
Tiempo de la reforma, resistencia
Sin embargo, desde que se firmó el T-MEC en noviembre, los demócratas han identificado áreas en las que desean mejoras antes de apoyar el acuerdo. Incluyen disposiciones sobre mano de obra y cumplimiento, así como ambientales y farmacéuticas. Trump eliminó un obstáculo importante en el proceso de aprobación cuando levantó los aranceles al acero y el aluminio a México y Canadá este mes.
El personal del Congreso está buscando reuniones con la secretaria del Trabajo, Luisa Alcalde, y otros miembros del gabinete para averiguar qué tan rápido se implementará la reforma y evaluar si la oposición puede perturbar la revisión, según una persona con conocimiento de la visita. También se están comunicando con grupos empresariales, afirma una persona. El viaje está programado para la segunda mitad de la próxima semana, según dos personas.
Ha habido algo de rechazo desde que la ley fue acelerada en el Congreso en abril. El jefe del sindicato más grande de México, el Senador Carlos Aceves, dijo a los medios locales que está trabajando con grupos empresariales para presentar un proyecto de ley que haría retroceder parte de la reforma. Además, los líderes locales han logrado pactos a nivel estatal con sindicatos proempresariales que podrían restringir el derecho de huelga.
Alcalde, la secretaria del Trabajo, dijo a Bloomberg el mes pasado que los plazos estrictos de la ley laboral, la fuerte voluntad política del presidente y un grupo de trabajo integrado por su Secretaría, la Secretaría de Finanzas y gobernadores estatales, aseguran la ejecución rápida en todo el país.
Pero los asesores del Congreso han dicho que quieren ver indicios de que la implementación está en marcha, incluidos los recursos financieros disponibles para la ejecución y evidencia de que el sistema judicial puede abordar casos laborales que involucren tratamiento injusto.
La nueva ley obliga a los trabajadores a votar para sindicatos, representantes sindicales y contratos laborales a través de una votación secreta. En México, los contratos a menudo se aseguran a espaldas de los trabajadores, otorgándoles poco más allá de los derechos legales básicos.