El vertiginoso aumento de la temperatura de los océanos disparó la inquietud de los expertos, que tratan de seguir el ritmo con sus investigaciones sobre un fenómeno que no da tregua y cuyas consecuencias van mucho más allá del mar.
“Estos cambios ocurren tan rápido que no estamos siendo capaces de seguir el ritmo de su impacto y eso nos genera mucha incertidumbre”, reconoció Vidar Helgesen, secretario ejecutivo de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco, quien considera que “ocuparse del calentamiento de los océanos es urgente”.
“Esto exige un mayor esfuerzo para observar e investigar en tiempo real y una colaboración más estrecha entre la ciencia y la elaboración de políticas”, explicó a la AFP durante la conferencia del Decenio del Océano que finaliza este viernes en Barcelona, tras reunir a 1,500 científicos internacionales, representantes políticos y de organizaciones desde el miércoles.
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La temperatura de los océanos, que recubren el 70% del planeta, marcó un nuevo récord en marzo, con 21.07 °C de media en superficie, exceptuando las zonas cercanas a los polos, según el observatorio europeo Copernicus.
Unos océanos más cálidos amenazan la vida marina, dilatan el volumen del agua y suponen más humedad en la atmósfera, lo que provoca condiciones meteorológicas más extremas, como vientos violentos o lluvias torrenciales.
Más allá del mar
Los océanos, víctimas y escudos de la crisis climática, han contribuido a que la superficie de la Tierra sea habitable, absorbiendo el 90% del exceso de calor causado por la contaminación por emisiones de carbono, fruto de la actividad humana, desde la era industrial; y parte del CO2. Además, generan alrededor de la mitad del oxígeno que respiramos.
“El océano tiene mucha más capacidad calorífica que la atmósfera, absorbe mucho más calor, pero tampoco puede absorber hasta el infinito”, alertó Cristina González Haro, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, que reconoce que los científicos todavía no tienen claras todas las causas de este aumento, en el que también podrían influir fenómenos como El Niño, y que no da señales de detenerse.
Uno de los grandes objetivos del Decenio del Océano (2021-2030) es precisamente tratar de ampliar el conocimiento sobre el calentamiento y descifrar sus múltiples implicaciones para limitarlo.
“Todavía hay mucho que no sabemos sobre los océanos. Solo hemos cartografiado alrededor del 25% de los fondos oceánicos del mundo y, al mismo tiempo, tenemos que mapear y monitorizar en vivo los cambios que están ocurriendo por el cambio climático”, remarcó Helgesen.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia de la ONU, más del 90% de los océanos del planeta experimentaron olas de calor en algún momento del año pasado, mientras que la temperatura del agua en superficie no deja de aumentar.
“Estamos en una trayectoria que nos lleva a preguntarnos a los científicos si no hemos subestimado el cambio climático que vendrá”, expuso Jean-Pierre Gattuso, especialista del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia.
Con una incidencia directa sobre el clima y los ecosistemas, los efectos de este fenómeno se sienten en todo el planeta, por muy lejos que se viva del mar.
“Lo que pasa en el océano no se queda en el océano, y debemos empezar a intentar aumentar la conciencia de su papel en nuestras vidas”, resaltó González Haro.
Todo cuenta
Pero las dificultades en la implementación de las decisiones internacionales, como el Acuerdo de París alcanzado en 2015 para intentar limitar el calentamiento global, no invitan al optimismo para todos.
“Muchos investigadores nos sentimos un poco frustrados al ver que, a pesar de estas demostraciones científicas del cambio climático y sus consecuencias a múltiples niveles, la implementación del Acuerdo de París es tan lento”, lamentó Gattuso. “No augura nada bueno si esto continúa así en el futuro”, afirmó.
Hay, sin embargo, señales esperanzadoras, como la aprobación en 2023, tras quince años de conversaciones, de un tratado histórico por parte de los Estados miembros de la ONU para proteger la altamar, o las negociaciones en curso para alcanzar un consenso internacional sobre la contaminación por plásticos.
“Cada décima de grado cuenta, como cada año ganado cuenta. Nunca es demasiado tarde”, recordó Gattuso.
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