Una espesa columna de humo se eleva desde una torre cuando es destruida en un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza controlada por el movimiento palestino Hamas, el 15 de mayo de 2021.  (MAHMUD HAMS / AFP).
Una espesa columna de humo se eleva desde una torre cuando es destruida en un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza controlada por el movimiento palestino Hamas, el 15 de mayo de 2021. (MAHMUD HAMS / AFP).

Los letales ataques israelíes sobre la Franja de Gaza y la represión de manifestantes en Jerusalén-Este ponen en una delicada situación a los nuevos aliados árabes de , que tienen que decidir entre seguir normalizando sus relaciones bilaterales o condenar esta violencia.

Hace menos de un año que Emiratos Árabes Unidos (EAU), Baréin, Sudán y Marruecos firmaron, bajo los auspicios de Estados Unidos, acuerdos para restablecer relaciones con Israel y ya se ven obligados a adoptar un discurso crítico frente a los acontecimientos.

Los intentos de expulsión de los palestinos del vecindario de Sheij Jarrah, en la parte oriental de Jerusalén, para instalar en su lugar a colonos judíos, la violenta represión de las manifestaciones en torno a la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, el tercer lugar santo del islam, y los bombardeos del ejército israelí en la Franja de Gaza que han provocado la muerte de 139 palestinos, 39 de ellos niños, sustentan sus críticas.

El viernes, el ministerio emiratí de Relaciones Exteriores expresó su “preocupación frente a esta espiral de violencia”. En un lenguaje más directo, Baréin condenó “los ataques de Israel”.

Del lado israelí, el lanzamiento de cohetes por parte del movimiento islamista Hamás provocó la muerte de 10 personas, entre ellas un niño.

“Estas reacciones son sobre todo un ejercicio de comunicación destinado a un público árabe nacional y regional que sigue apoyando a los palestinos”, dice Elham Fakhro, analista del centro de reflexión Crisis Group.

“Los acuerdos de Abraham (que sellaron la normalización con Israel) nunca tuvieron por fin abordar la cuestión de la ocupación militar y la desposesión de las tierras de los palestinos”, dice esta experta.

En Baréin, en las manifestaciones de apoyo a los palestinos de estos días se pidió a los dirigentes que rompan sus relaciones con Israel.

En los Emiratos, donde manifestar está prohibido, numerosos internautas comparten videos y fotografías para denunciar la ocupación y la brutalidad de las fuerzas militares israelíes.

Pero los defensores del gobierno también han criticado a Hamás, por lanzar cohetes hacia Israel, ya que el país es claramente hostil a los movimientos islamistas.

Primera prueba

Para Hugh Lovatt, analista del centro de reflexión European Council on Foreign Relations, la crisis actual es “la primera prueba verdadera” para los Emiratos.

Pero parece poco probable que Abu Dhabi renuncie a esta normalización porque los Emiratos “se benefician mucho de las relaciones con Israel”, sobre todo gracias a acuerdos sobre tecnología y compra de material militar.

“Visto el profundo interés bilateral, la escalada en Palestina es simplemente algo que va a ralentizar el proceso, pero no olvidemos que las relaciones entre los Emiratos e Israel se desarrollan desde hace años y han sobrevivido a las guerras en Gaza”, recuerda el investigador.

Tras los acuerdos de Abraham, las miradas se giraron hacia Arabia Saudita, peso pesado regional, pero el reino se negó a iniciar una normalización de las relaciones con Israel sin una resolución previa de la cuestión palestina.

Esta semana, el rey Salmán condenó firmemente “las acciones de Israel en Jerusalén” y expresó su apoyo a los “derechos legítimos” del pueblo palestino. El viernes el ministro saudita de Relaciones Exteriores, Faysal bin Farhan, criticó las “prácticas ilegales del ocupante israelí”.

Tomar distancia

Para otros Estados árabes que se acercaron a Israel en los últimos tiempos, el malestar es aún más flagrante que en Emiratos, puesto que en Marruecos o Sudán la sociedad defiende ardientemente la causa palestina.

Para Marruecos, establecer relaciones con Israel es una cuestión estratégica ya que está vinculada al reconocimiento estadounidense de su soberanía sobre el Sáhara occidental, no reconocida por la ONU.

Pero frente a la presión de las calles, el reino tuvo que condenar la actuación de la policía israelí en Jerusalén-Este y anunció el envío de ayuda humanitaria a los palestinos.

“Marruecos tendría que tener un papel de mediador en las tensiones actuales y si no lo logra sería mejor que tome sus distancias dentro del proceso de normalización sin llegar a romper relaciones con Israel”, estima Tajeddin Hussaini, profesor de Relaciones Internacionales en la universidad de Rabat.

Por último Sudán, que estableció relaciones con Israel para salir de la lista negra de Estados Unidos de países que apoyan el terrorismo, también “condenó y rechazó las medidas tomadas por Israel” contra los palestinos y las calificó de “provocación flagrante”.