Este domingo el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, viajó a Washington (Estados Unidos) para llevar a cabo negociaciones críticas sobre la intensificación del conflicto con Hamás en Gaza y las tensiones crecientes en el Líbano con Hezbolá, grupo respaldado por Irán.
Recientemente el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió a Estados Unidos a acelerar el suministro de armas y municiones, después de criticar los retrasos recientes. Netanyahu aseguró a su gabinete que este desacuerdo con Washington, que ha expresado su preocupación por el alto número de víctimas civiles en Gaza, se resolverá pronto.
“Espero y creo que esta cuestión será resuelta en un futuro cercano”, afirmó Netanyahu sobre la relación con su principal aliado.
En tanto, previo a su viaje, Yoav Gallant indicó en un comunicado la importancia de las relaciones de Israel con Estados Unidos ante los acontecimientos en Gaza y Líbano.
“Nuestros vínculos con Estados Unidos son más importantes que nunca. Nuestros encuentros con los responsables estadounidenses son cruciales para la guerra”, afirmó.
En el frente norte, la situación se ha vuelto más volátil con el aumento de la violencia entre el ejército israelí y Hezbolá. Este domingo, el grupo proiraní atacó con drones armados dos posiciones militares en el norte de Israel, en represalia por la muerte de un líder aliado.
Mientras tanto, los bombardeos israelíes en Gaza no cesan. Testigos informan de nuevos ataques con obuses en Rafah, al sur de Gaza, y bombardeos en Ciudad de Gaza y el campo de refugiados de Nuseirat. El ejército israelí declaró que sus aviones de combate atacaron “decenas de objetivos terroristas”, incluyendo estructuras militares e infraestructuras.
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Desde el inicio de la guerra el 7 de mayo, la situación humanitaria en Gaza se ha deteriorado significativamente. La ONU advierte de una crisis alimentaria grave, con una población de 2.4 millones de personas al borde de la hambruna.
“No hay ni verdura ni fruta. No hay vitaminas. Cuando te enfermas, te quedas en la cama durante dos o tres semanas para recuperarte”, deploró Umm Siraj al Balawi, una madre de 33 años en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte.
Presión Interna
El primer ministro Netanyahu enfrenta una creciente presión. Más de 150,000 personas se manifestaron en Tel Aviv el sábado, pidiendo elecciones anticipadas y el regreso de los rehenes.
“La única forma de conseguir un cambio aquí es sacar a este gobierno, sacar a los extremistas”, declaró Maya Fischer, una manifestante.
Las negociaciones para un alto al fuego están totalmente estancadas, y Netanyahu insiste en que continuará la guerra hasta la destrucción de Hamás, considerado un grupo terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
La guerra en Gaza avivó también la violencia en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967. El ejército israelí reconoció este domingo haber vulnerado los protocolos operativos durante una incursión en Yenín, en la que soldados ataron a un palestino herido al capó de un vehículo militar, incidente que se volvió viral y provocó una ola de indignación.
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