Hace tan solo cuatro meses, el opositor venezolano Juan Guaidó rechazaba el diálogo nacional instalado en el Parlamento, a petición de Nicolás Maduro, por considerar que el Gobierno chavista solo buscaba “ganar tiempo” en su favor, pero ahora, en un giro radical, es él quien propone una negociación, en la que incluye al Ejecutivo, como salida a la crisis en el país.
La respuesta de Maduro no se hizo esperar: “Ya hay diálogo en el país, no es noticia que alguien lo plantee. Ahora (Guaidó) anda desesperado por dialogar, porque se quedaron por fuera sale hoy a decir que quiere diálogo porque se quedó por fuera de todo, aislado y derrotado”.
A continuación, las claves del cambio de estrategia del opositor:
1- El CNE gana respaldo
El nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), conformado por tres rectores chavistas y dos opositores, logró importantes apoyos internos y externos, aunque con reservas, con los que nunca había contado el ente saliente, pero Guaidó se desmarcó y rechazó la fórmula y composición de la institución.
La Unión Europea (UE) consideró que el nuevo CNE es “un primer paso”, aunque bajo la condición de que debe contemplar elementos que garanticen un proceso “creíble, inclusivo y transparente, como piden los propios venezolanos”, mismo requisito que plantea Estados Unidos.
En el ámbito nacional, destaca el beneplácito de la principal patronal del país, Fedecámaras, que respaldó la formación que el órgano rector, igual que lo hizo el opositor y dos veces candidato a la Presidencia Henrique Capriles y varios exdiputados aliados de Guaidó cuando fue presidente del Parlamento (2019-2020).
2- Colombia en horas bajas
Uno de los principales aliados de Guaidó en su lucha contra el chavismo, el presidente de Colombia, Iván Duque, vive uno de los peores momentos desde su llegada al poder en el 2018, al desatarse unas sangrientas protestas que mantienen al país en lucha desde el 28 de abril, después de que le mandatario anunciara una reforma fiscal, posteriormente anulada.
Con Duque en el disparadero, Guaidó pierde, al menos momentáneamente, el que siempre ha considerado uno de sus respaldos más fuertes y leales para derrocar a Maduro.
3- Consulta popular fracasada
Una semana después de que se celebraran en el país las elecciones legislativas -6 de diciembre del 2020-, Guaidó lanzó una consulta popular en la que se podía votar durante siete días de manera telemática y una jornada presencial, vendiendo una gran victoria desde semanas antes de que se llevara a cabo y anunciando que sería la prueba definitiva de lo que quería el pueblo.
Sin embargo, la realidad fue bien distinta. La participación y los apoyos quedaron muy por debajo de lo logrado por el chavismo en los comicios, en los que el grupo que lidera Guaidó se negó a participar.
4- Capriles vs. Guaidó
Después de que Guaidó pidiera insistentemente la liberación de los presos políticos a la vez que lanzaba improperios contra el Gobierno, sin lograr su objetivo, a Capriles le bastó con dialogar de manera silenciosa con el oficialismo para lograr medidas de gracia para 110 personas, entre ellas 50 reos que fueron liberados.
Y aunque Guaidó aseguró agradecer las gestiones de su rival en la contienda, él continuó con su negativa a establecer un diálogo como fórmula para lograr objetivos que, tal y como quedó probado con las liberaciones, no se alcanzan de otro modo.
5- Más lejos del pueblo
En enero del 2019, cientos de miles de venezolanos confiaron en Guaidó y soñaron con un cambio inmediato que el opositor les hizo creer, al proclamarse presidente interino bajo un precepto constitucional que lo obligaba a convocar elecciones en un plazo máximo de 30 días.
Pero el incumplimiento de esta y otras promesas llevó a la ciudadanía a pedirle a gritos cada día que abandone y dé paso a otras personas con talante negociador y capaces de avanzar hacia un cambio real para el país.
Estas y otras acciones han llevado a Guaidó a dar un giro de 180 grados en su estrategia, en un último intento de recuperar la confianza que un día tuvo y dejó escapar.