(Foto: Difusión)
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El Gobierno de dijo que confía en llegar a un acuerdo con la multinacional que en la víspera anunció la suspensión de las obras de un millonario puente de 2,750 metros entre Chile continental y la isla de Chiloé por diferencias sobre presuntos sobrecostes.

El ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, indicó en una rueda de prensa que espera poder "salvar" las diferencias de opinión con el consorcio que construye el puente colgante y que lidera la compañía surcoreana, pero alertó de que irán a los tribunales de no conseguirlo.

"El propio contrato establece que cualquier diferencia debe resolverse en los tribunales de justicia de Chile, cualquiera de las partes puede acudir sin ningún problema ante alguna diferencia. Nadie está por encima de la ley, ni chilenos ni extranjeros", apuntó.

Hyundai, junto a la francesa Systra y la noruega Aas-Jakobsen, se adjudicó en el 2013 durante el primer gobierno (2010-2014) del actual presidente, Sebastián Piñera, el diseño y construcción por casi US$ 600 millones de la infraestructura colgante.

Según la compañía, las administraciones posteriores encargaron cambios al diseño original, "que implicaban un proyecto distinto" y "mayores costos asociados", y estos fueron "aprobados" en diciembre del 2018 por el actual Gobierno, pero nunca fueron incluidos en el contrato.

El ministro chileno aseguró que los costes que reclama el consorcio "es un aumento del 50% del valor del puente" (cerca de US$ 300 millones) y "tenemos que cuidar los recursos de todos los chilenos".

"El contrato establece que ellos mismos realizan el diseño, ellos mismos establecen cual es la ingeniería y ellos mismos lo construyen. Si ese puente sale más o sale menos, corresponde a los riesgos de quien hizo ese contrato y se comprometió con un monto fijo a construir ese puente", afirmó Moreno.

"No aceptaremos que el contrato se incumpla y de suceder esto tendría repercusiones graves para el propio consorcio", agregó.

La unión entre Chile continental y la isla de Chiloé, a unos 1,100 kilómetros al sur de Santiago, es una antigua aspiración de sus habitantes, que hasta hoy deben cruzar el canal a través de transbordadores u otro tipo de embarcaciones.

El puente, que tiene un bajo porcentaje de avance, iba a permitir cruzar a la isla de Chiloé en aproximadamente cuatro minutos, lo que contribuirá a potenciar el desarrollo económico y turístico de la región.